Paco, dentro de unos días van más fotos, ya sabes. Ver y decir.
XEMA, que está pasando contigo, por lo menos Hola.
PEDRO, la vieja con el candil y reguñendo, yo creo que corrobora lo que digo de toda esa gente que quedó en nuestro Andévalo refugiado. ¿Qué casas había en nuestros pueblos? De tapias, adobes y piedras. El cuartillo con la candela en un rincón y algunas con chimeneas, no todas. Eso lo hemos conocido hasta hace bien poco. Que cante podían hacer aquellos pobres hombres. Instrumentos musicales, pocos. Tal vez alguna flauta de adelfa y poco más. Recuerdo cuando niño, en los años 50, como aquellos jóvenes que iban a apañar higos, tenían ganas, una vez terminada la jornada, de ir a otro cortijo para formar una fiesta. La cama, un montón de paja y una manta de trapos encima. Allí, todas las mujeres. Otra igual y los hombres. Yo tenía mejor suerte, dormía en los aparejos de los mulos. Así que como no iban a nacer nuestros fandangos a la luz de un candil y una vieja refunfuñando.
Si vuestros caballos, corren, trotan y galopean en un jarnero, no hace falta el del lepero.
CONTRERAS, anima a Cuenca del Campo para que nos escuchen el lunes, me haría ilusión que me llamara mi tocayo.
Saludos.
XEMA, que está pasando contigo, por lo menos Hola.
PEDRO, la vieja con el candil y reguñendo, yo creo que corrobora lo que digo de toda esa gente que quedó en nuestro Andévalo refugiado. ¿Qué casas había en nuestros pueblos? De tapias, adobes y piedras. El cuartillo con la candela en un rincón y algunas con chimeneas, no todas. Eso lo hemos conocido hasta hace bien poco. Que cante podían hacer aquellos pobres hombres. Instrumentos musicales, pocos. Tal vez alguna flauta de adelfa y poco más. Recuerdo cuando niño, en los años 50, como aquellos jóvenes que iban a apañar higos, tenían ganas, una vez terminada la jornada, de ir a otro cortijo para formar una fiesta. La cama, un montón de paja y una manta de trapos encima. Allí, todas las mujeres. Otra igual y los hombres. Yo tenía mejor suerte, dormía en los aparejos de los mulos. Así que como no iban a nacer nuestros fandangos a la luz de un candil y una vieja refunfuñando.
Si vuestros caballos, corren, trotan y galopean en un jarnero, no hace falta el del lepero.
CONTRERAS, anima a Cuenca del Campo para que nos escuchen el lunes, me haría ilusión que me llamara mi tocayo.
Saludos.