Me calenté y el día 1 de noviembre puse camino a Sotiel, incluso entré en la casa a la que yo íba de pequeño. Está todo casi igual, pero la bombilla es mucho más pequeña de como yo la recordaba. La tubería que pasaba por detrás de la casa, tampoco existe ya, ni el Cuartel ni la biblioteca. Comimos gurumelos. Echamos un día muy bueno.