A partir de ahí la villa empieza a cobrar protagonismo constituyéndose progresivamente como
pueblo. Así en el siglo XIII se construye la
iglesia de
San Antonio Abad y posteriormente los
Conventos del Carmen y de
Santa Catalina y la
Ermita de Santa Misericordia, aunque el terremoto de Lisboa en 1755 destrozara casi todos los
edificios públicos, tanto religiosos como privados. Algunos no volverían ya a levantarse. Citaremos las
Ermitas de San Roque y de San Sebastián, la iglesia de Santa Brígida, la
Casa de la Orden de Calatrava, las
Casas del Cabildo, etc. No podemos pasar por alto la huella cultural que los jesuitas dejaron en
Trigueros donde fundaron un
Colegio bajo la advocación de Santa Catalina que aportó entre sus alumnos una serie importante de ilustres personajes: en sus dependencias estuvo instalada la primera imprenta de la provincia. Trigueros fue declarada villa durante el reinado de Carlos II. Carlos II de
España, llamado «el Hechizado», fue rey de España entre 1665 y 1700.