Situado en la
Plaza del Carmen, antiguamente de Nuestra Señora de Consolación, fue fundado en el primer cuarto del siglo XVI, y aunque reformado por los diversos acontecimientos geológicos y sociales, permanece en pie, pero alterado en su planta original. La antigua residencia conventual se dispone en torno a un
claustro central, con dos plantas superpuestas y
arcos de medio punto en sus flancos sobre pilares con impostas. El cuerpo superior del claustro reproduce la estructura arquitectónica del inferior, a excepción de sus arcos que son rebajados y doblados. Aquí se disponía originalmente las celdas, arruinadas por completo en la actualidad. Las techumbres de madera de las galerías que delimitan el
convento son sencillas y de indudable factura Popular. El templo presenta una sola nave, crucero y
capilla mayor. La nave, espaciosa, se cubre con techumbre mudéjar con elementos geométricos de fines del quinientos. El tramo central del crucero se compone de cuatro arcos de medio punto que reciben la consabida semiesfera sobre pechinas. La capilla mayor se cubre con
bóveda de cañón y lunetos festoneados de pinjantes de la segunda mitad del siglo XVIII. En el exterior, la
portada se compone de dos pilastras dórico-toscanas, una cornisa sobre
canecillos y un
frontón curvo partido con moldurón central. La
espadaña consta de tres vanos de medio punto, separados por pilastras dórico-toscanas; el frontón posee en cada vertiente un remate de barro vidriado y en el vértice superior un pedestal con una
cruz de cerrajería. La última restauración tuvo lugar en 1998.