Tengo tantos recuerdos del
quiosco y de la
escuela y del
paseo, tanto, que añoro a mi antigua
Valdelamusa como si ya no pudiera volver nunca.
Que pena que ahora el
casino este cerrado, el mismo en el que pasé tardes enteras con la diana y los dardos, la mesa de billar , pero sobre todo, las charlas con Pedro ( el antepenúltimo dueño del casino ), mientras pensaba que añadir a la bolsa de chuches que me compraba cada mañana para el día entero.
Es una lástima tenerla tan cerca y sentirse como
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