Ciertamente, hay más mala leche. ¿Sabes por qué? Porque abajo se sabe que al presidente de arriba se le puede atacar en lo superficial, en lo accesorio, pero no en lo que afecta a su gestión de la hermandad, que es impecable. La virtud es suya pero también de una tradición de más de treinta años de funcionamiento democrático.