Yo tambien nací en los setenta. No fui a la
escuela con don Diego, daba clase a mayores que yo, pero aun me acuerdo de él, pues murió hace ya unos años, muy buen maestro y buenísisma persona. Y como bien dices, ¡qué tiempos aquellos! en los que jugabamos en la
calle hasta las tantas.