Castillo de Burgalimar: El Castillo de Burgalimar (del árabe Bury al-Hamma, "Castillo de los Baños"), es una fortaleza omeya, construida en el siglo x sobre un pequeño cerro que domina la localidad de
Baños de la Encina, situada en el norte de la provincia de
Jaén (
Andalucía,
España).
Rodeado y flanqueado por una robusta y almenada
muralla con catorce
torres, más una decimoquinta
Torre del
Homenaje de factura cristiana, el castillo apenas ha sufrido daños, ya sean causados por el tiempo o la acción humana. Representa por tanto un ejemplo perfecto de fortaleza musulmana del siglo x, y constituye el conjunto fortificado mejor preservado de la época del Califato de
Córdoba, al mismo tiempo que es uno de los
castillos musulmanes mejor conservados de toda España. Su inestimable valor histórico y
artístico es la razón por la que este castillo llegó a ser declarado como
Monumento Nacional en 1931. El enclave
El castillo de Baños de Encina se levanta sobre una pequeña colina rocosa que le permite dominar el
pueblo y, por tanto, todo el
paisaje que le rodea. La fortaleza se encuentra a su vez acogida por otros importantes emplazamientos históricos, como así lo son las
ruinas de la ciudad
romana de Cástulo, varias
casas señoriales de los siglos xvi y xvii, o varias
ermitas donde entra la
iglesia parroquial de
San Mateo (del siglo xv). Excavaciones arqueológicas realizadas en el interior de la fortaleza, han puesto al descubierto restos de uno o dos recintos amurallados que evidencian la existencia bajo la fortaleza de un asentamiento de la Edad del Bronce, hecho que proporciona datos sobre la cultura argárica, una de las más importantes de la
antigüedad del Mediterráneo Occidental, lo que muestra que el asentamiento controlaría una de las zonas estratégicas más importantes del
Valle del Guadalquivir. Durante las mismas excavaciones también se ha puesto al descubierto la existencia de una fase ibérica con un oppidum del siglo iv, un mausoleo de época romana y después una fase
medieval. Características
De apariencia sobria, se presenta bajo la forma de un perímetro con forma oval (100 metros en su eje mayor y 46 m en su eje menor, con una superficie total de 2700 m2), punteado de catorce torres cuadrangulares de estilo califal y de igual altura sobrepasando apenas la de la muralla. El conjunto de estas catorce torres, severas y próximas entre sí, le confieren o afirman el carácter defensivo del castillo. Una torre adicional, la torre del homenaje (también llamada almena gorda), sería edificada en el siglo xv, y constituye en realidad una modificación cristiana de una de las torres originales. Esta torre, imponente, que resalta sobre las otras por sus dimensiones, no es característica de la
arquitectura musulmana hispánica, sino que responde a cánones arquitectónicos cristianos. La torre del homenaje representa el poder de su ocupante. Así, su posición lo demuestra, pues no se dirige hacia el paisaje, sino hacia el pueblo, revelando por tanto su utilización simbólica, fiel a la
costumbre feudal.
Tanto
murallas como torres, están dotadas de almenas o merlones, y perforadas por aspilleras. Las torres disponen de tres pisos e incluso de cuatro si estas se sitúan en un terreno más bajo. Las murallas presentan dos entradas que permiten el acceso. La primera es una
puerta soberbia situada en el costado meridional entre dos altas torres. Presenta dos grandes
arcos de herradura, sobre los cuales se dispone un matacán. El segundo acceso, más modesto, está situado sobre el costado norte de la muralla.