Cortijos de
Belmez, que le dio origen. Bélmez, palabra de raíz árabe que significa "lugar protegido", tenía un
castillo, rodeado por un círculo montañoso, y dos atalayas:
torres del Sol y del Lucero. Estaba formado por numerosas aldeas que disponían de forma conjunta de este centro fortificado para su protección. En torno al año 945 se levantó una mezquita, según reza una inscripción encontrada en su término municipal, hoy en el
Museo Arqueológico Nacional.
La primera conquista cristiana fue en 1316 por el infante don Pedro. Según las crónicas la población de las aldeas se había concentrado y rodeado de
murallas. Poco tiempo después volvió a ser conquistada por los nazaries. Cuando nuevamente se apoderen de la
plaza las huestes cristianas, en el 1448, ya se distingue entre población y castillo. Así, en la Crónicas del Rey Alfonso XI se menciona que allí existía: "Una villa et un castillo muy fuerte del que venía muy grande daño e tierra de christianes".
En las Cantigas de Alfonso X el Sabio se nombra otro castillo en el término de Bélmez, el de Chicolla, como escenario de un prodigioso milagro. En este castillo la
Virgen María salvó a las huestes cristianas de caer en la celada que les había tendido su enemigo, el moro alcaide de Bélmez, coaligado con el monarca granadino para conquistar, con mañas traicioneras, el citado castillo. Este castillo ha sido identificado con los restos de un fuerte cuadrangular situado frente a Neblín.
La toma definitiva de Bélmez corrió a cargo de don Fernando de Villafañe, pasando a ser un señorío de los Carvajales. Tras esta conquista, Bélmez se vio envuelto en las luchas intestinas que caracterizaron el reinado de Enrique IV En 1464 el castillo de Bélmez sufrió el asalto y toma del infante don Alfonso; en 1465 el propiciado por don Juan de Vera; en 1476 el intento de conquista del segundo vizconde de
Huelma y comendador de Bedmar y Albanchez.
A partir de 1501 las tierras de Belmez pertenecieron a la ciudad de
Granada en pago de cierta deuda que los Reyes tenían con ella, reservando la alcaldía del castillo al señor de
Jodar don Diego de Carvajal. La fundación como villa se realizo en 1524, cuando se cedieron tierras en arrendamiento a algunos labradores del lugar, también conocido entonces como cortijo de la
Fuente de la Moraleda. Perteneció a la jurisdicción de Granada hasta que, a raíz de la provincializacion de Javier de
Burgos de 1883, fue incluida en la nueva provincia de
Jaén.