Llevo visitando Burunchel 30 años. Aprendí a nadar en una de sus albercas (cada vez hay menos), visité Cueva Secreta hasta donde no se podía pasar (ahora nadie va por allí), hacíamos cabañas de madera en la sierra (no se puede pasar con las alambradas que han colocado), cazabamos pajarillos por la Vega (está prohibido), haciamos rondas de casa en casa en Nochebuena (ya no lo hacen los jóvenes).... Pero aún así quiero a ese pueblo como si hubiera nacido allí. No cambies mucho más BURUNCHEL..