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CAMPILLO DE ARENAS

Habitantes: 2.291  Altitud: 874 m. 
Hoy amanece en CAMPILLO DE ARENAS a las 09:12 y anochece a las 18:56
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Situación:

Municipio del extremo suroeste de la comarca de Sierra Mágina de la que forma parte, más por las comunicaciones que por su propio medio natural, más próximo a la serranía de la comarca de Sierra Sur. Municipio eminentemente de montaña en el que los terrenos forestales, de pastos permanentes y de tomillares-espartizales se alternan en toda la zona oeste y norte del término municipal y donde los enclaves naturales son abundantes, destacando las inmediaciones del pantano del Quiebrajano y de la Cañada de las Hazadillas. La actividad económica principal es la derivada del olivar, complementada por la cría de aves, caprinos y porcinos. También tienen importancia económica los productos transformados del cerdo, así como la hostelería en la autovía y carretera de Granada.

Monumentos:

Iglesia Parroquial.

La Ermita.

Fiestas:

FIESTA DE LA CANDELARIA (2/02):

El "día de las pajaritas", nombre popular que designa la festividad de la Candelaria, se procesiona la imagen de la Virgen del Rosario y es frecuente que los niños porten una corona de romero ornada con pajaritas coloreadas que llevan plumas de gallina o perdiz elaboradas con masa de harina.

ROMERÍA DE LOS CIGARRONES (16/05) :

El domingo siguiente a la Ascensión de María, se celebra una romería al Cerro del Castillo donde, tras la misa, se bendicen los campos. Esta fiesta, conocida también por el nombre de "Fiesta del Cerro del Castillo" recuerda como, gracias a la intervención divina, se erradicó una plaga de langosta que devastó los campos; en señal de gratitud, los campilleros establecieron esta peregrinación que ha perdurado durante cuatro siglos.

ROMERÍA EN HONOR DE SANTA LUCÍA:

Desde el siglo XIX, se celebra esta romería que tiene gran predicamento entre las localidades vecinas. El domingo de Pentecostés, los romeros en bellas carretas parten hacia el paraje Puerta de Arenas, lugar en el que la santa, protectora de la vista, tiene una ermita. Tras la misa, se procesiona la imagen por los alrededores del santuario. Finalizados los actos religiosos, los participantes pasan una jornada campera donde el condumio típico es la tortilla española acompañada por una refrescante pipirrana que concluye con una verbena popular al caer la tarde.

FIESTA DE MOROS Y CRISTIANOS (7/08):

En Campillo de Arenas, se celebran fiestas de moros y cristianos en honor de la Virgen de la Cabeza. El primer día, la imagen de la Patrona, acompañada de las escuadras cristianas, se procesiona por las calles del pueblo. En este recorrido, se produce el encuentro con los moros y se realiza el primer cuadro con la batalla entre ambos. La victoria de los moros y el traslado de la imagen de la Virgen al castillo moruno levantado en la Plaza de Andalucía cierra el primer encuentro. Al día siguiente, se celebra la embajada entre los moros y cristianos que se realiza a caballo; tras ésta, se convierten los moros al cristianismo y se recupera la imagen trasladándola a la iglesia parroquial. En estos festejos, ya celebrados en el siglo XVIII, se han conservado las "coplas de aurora" entonadas por los "campanilleros", así llamados por acompañar estos cánticos marianos, de letra popular, con música de guitarras, bandurrias y campanillas con la finalidad de convocar a los habitantes para oír el santo rosario que la Patrona preside.

Historia:

El cerro del castillo conserva en su cumbre los restos de una fortaleza roquera, el castillo de Puerta Arenas, conquistado por los Reyes Católicos en 1485. Un castillo que se vio sometido a constantes pugnas por su estratégica posición de frontera entre los reinos de Jaén y Granada.

En 1508 la reina doña Juana ordenaba por Real Cédula la repoblación de Campillo. Sin embargo, la fundación no se materializó hasta 1539, bajo el reinado de Carlos I. Con la construcción de este enclave se pretendía crear un punto vertebrador en el camino real entre Despeñaperros y Granada.

Por los documentos conservados de la época sabemos que se nombró juez para el repartimiento de tierras a Juan de Rivadeneira, el 12 de marzo de 1539, quien estableció el primer padrón de vecinos, procediendo a la fundación oficial de la aldea, que desde ese instante quedó agregada al Cabildo de Jaén. Esta dependencia se mantuvo hasta 1559, en que Felipe II le concedió el privilegio de villazgo, tras haber abonado la población a las arcas reales y para gastos de guerra la suma de 350.000 maravedíes.

Al igual que el resto de los núcleos repoblados en la provincia durante el Renacimiento (Los Villares, Mancha Real o Valdepeñas) su trazado era similar al de un campamento romano. Un gran eje central marcaba la orientación norte-sur, flanqueado por una retícula de calles rectilíneas que al cortarse formaban ángulos rectos en los que se ordenaba la disposición del resto de las viviendas. El conjunto está presidido por una amplia plaza donde se disponen los edificios más representativos, la iglesia y el Ayuntamiento.

La población se desarrolló al amparo de su privilegiada situación como lugar de paso en el camino entre Jaén y Granada. Sus posadas y ventas eran famosas ya que los viajeros se veían obligados a pernoctar en ellas, entre ellos los románticos europeos: Teófilo Gautier, Alejandro Dumas, el Barón Charles Daviller y el grabador Gustavo Doré, Richard Ford y un largo etcétera.

El cerro del castillo conserva en su cumbre los restos de una fortaleza roquera, el castillo de Puerta Arenas, conquistado por los Reyes Católicos en 1485. Un castillo que se vio sometido a constantes pugnas por su estratégica posición de frontera entre los reinos de Jaén y Granada. En 1508 la reina doña Juana ordenaba por Real Cédula la repoblación de Campillo. Sin embargo, la fundación no se materializó hasta 1539, bajo el reinado de Carlos I. Con la construcción de este enclave se pretendía crear un punto vertebrador en el camino real entre Despeñaperros y Granada. Por los documentos conservados de la época sabemos que se nombró juez para el repartimiento de tierras a Juan de Rivadeneira, el 12 de marzo de 1539, quien estableció el primer padrón de vecinos, procediendo a la fundación oficial de la aldea, que desde ese instante quedó agregada al Cabildo de Jaén. Esta dependencia se mantuvo hasta 1559, en que Felipe II le concedió el privilegio de villazgo, tras haber abonado la población a las arcas reales y para gastos de guerra la suma de 350.000 maravedíes. Al igual que el resto de los núcleos repoblados en la provincia durante el Renacimiento (Los Villares, Mancha Real o Valdepeñas) su trazado era similar al de un campamento romano. Un gran eje central marcaba la orientación norte-sur, flanqueado por una retícula de calles rectilíneas que al cortarse formaban ángulos rectos en los que se ordenaba la disposición del resto de las viviendas. El conjunto está presidido por una amplia plaza donde se disponen los edificios más representativos, la iglesia y el Ayuntamiento. La población se desarrolló al amparo de su privilegiada situación como lugar de paso en el camino entre Jaén y Granada. Sus posadas y ventas eran famosas ya que los viajeros se veían obligados a pernoctar en ellas, entre ellos los románticos europeos: Teófilo Gautier, Alejandro Dumas, el Barón Charles Daviller y el grabador Gustavo Doré, Richard Ford y un largo etcétera.