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CANENA: Llamamos vaginismo a la imposibilidad o extrema dificultad...

Llamamos vaginismo a la imposibilidad o extrema dificultad para conseguir la penetración vaginal debido a la aparición persistente o recurrente de espasmos de la musculatura del tercio externo de la vagina. El espasmo es una respuesta involuntaria que muchas mujeres no reconocen. Cuando una mujer se excita sexualmente experimenta una relajación de los músculos vaginales. En el vaginismo, sin embargo, la contractura muscular es tal que impide la penetración.

Las mujeres con vaginismo suelen ponerse tensas con cualquier intento de penetración. Parece que tuvieran una hipersensibilidad a la distensión vaginal. Esta tensión produce una respuesta que tiene tres signos típicos: Arqueamiento de la espalda −lordosis−. Cierre de piernas −contracción de los músculos abductores de los muslos−. Espasmos involuntarios de los músculos que rodean la vagina. En estas circunstancias la penetración es muy difícil. Si la mujer está tumbada boca arriba y arquea la espalda, la entrada de la vagina queda en una posición que dificulta la penetración. Además, la tensión en los muslos impulsa a la mujer a cerrar las piernas, a esto se une un movimiento de retirada −de ir replegándose hacia atrás−. En esta situación el hombre puede verse muy bloqueado ante una negación física tan contundente.

La explicación para esta reacción tan sorprendente, parece que se debe a una asociación entre la penetración vaginal y la sensación de peligro. Es como si el sistema defensivo estuviera activado en extremo, de manera que cualquier intento de penetración produce esta respuesta refleja. En muchas ocasiones no tiene una explicación fácil para la mujer que lo padece, debido a que en ese punto de su vida su deseo y sus ideas se dirigen a tener una relación coital plena y satisfactoria.

La interiorización de los mandatos materno y paterno y el seguimiento a rajatabla de los convencionalismos sociales en materia sexual pueden provocar desajustes entre lo que se desea y lo que uno es capaz de realizar. Además, los rápidos cambios en las costumbres sexuales han llevado a que no exista una concordancia entre lo que uno hace y lo que reconoce hacer, en especial en la adolescencia y la juventud. Esta disociación puede crear confusión e inseguridad en el desempeño sexual y tener como resultado una respuesta desadaptada como lo es el vaginismo.

En el tratamiento del vaginismo se ayuda a la mujer a explorar sus temores y a que se sienta más cómoda con sus genitales y a que gradualmente pueda exponerse a diferentes tipos de penetración vaginal para superar los miedos que le despiertan.

¿Conoces este tipo de disfunción? ¿La has padecido o conoces a alguien que la haya padecido? ¿Consideras que la educación recibida puede contribuir a la presencia de vaginismo? ¿Cuál crees que debe ser la actitud de una pareja que se enfrenta a esta problemática?