El otro día un paciente explicaba que a él le encanta el sexo oral. Como no tiene una pareja estable no es una práctica que pueda realizar con demasiada facilidad. Según él, las chicas no siempre están dispuestas a hacerlo. No les apetece o simplemente les da mucho corte.
Este chico nos contaba que le gusta tanto hacer cunnilingus como recibir felaciones. Al mismo tiempo, él reconocía que una buena parte de su placer al practicar un cunnilingus se debía a la esperanza de recibir una felación más adelante. Finalmente, se atrevía a reconocer que el cunnilingus podía obviarlo si su pareja empezara haciéndole una felación. Es decir, que para él lo más placentero es que la chica le realice sexo oral.
Del relato del paciente podemos entrever ciertas actitudes que resulta necesario superar si se desean unas relaciones sexuales más libres y más placenteras. Si existe vergüenza a determinadas prácticas sexuales, lo primero es hacer acopio de valor para hablar de estos temas abiertamente. Es verdad que en un principio −cuando no hay suficiente confianza−, esto puede resultar complicado. Pero que sea complicado no quiere decir que no sea posible. Superar este tipo de barreras sólo puede ser positivo y beneficial para la pareja.
Siempre que hemos hablado de la práctica del sexo oral, hemos dejado claro que se considera una práctica de riesgo. A menos que se conozca el estado serológico de la otra persona, conviene utilizar preservativos −en el caso de la felación− o láminas de látex −para el cunnilingus−.
Para que la práctica de sexo oral sea más interesante se pueden emplear sabores −mermeladas, almíbar, sirope de chocolate, nata...−. Usar ingredientes adicionales en ocasiones puede ayudar a que el sexo oral se convierta en una práctica más lúdica y divertida. Sabemos que esto no es nada nuevo y que para gustos colores... Y sobre todo, y aunque parezca obvio, es muy importante la higiene íntima.
Tanto el clítoris como el glande cuentan con infinidad de terminaciones nerviosas que hacen que el sexo oral sea sumamente placentero. La estimulación de esta zona puede llevar al orgasmo. Pero no olvidemos que a todo el mundo no tiene por qué gustarle lo mismo. Lo más importante es respetar el placer del otro y saber pedir lo que nos excita. Y sobre todo no querer imponerle al otro lo que nos gustaría que nos hicieran, sin estar seguros de que ese es su deseo.
¿Tienes dificultades para que tu pareja acepte realizar sexo oral? ¿Te gusta realizarlo y que te lo hagan? ¿Consideras que el sexo oral es una práctica de riesgo? ¿Sueles utilizar protección al realizarlo?
Este chico nos contaba que le gusta tanto hacer cunnilingus como recibir felaciones. Al mismo tiempo, él reconocía que una buena parte de su placer al practicar un cunnilingus se debía a la esperanza de recibir una felación más adelante. Finalmente, se atrevía a reconocer que el cunnilingus podía obviarlo si su pareja empezara haciéndole una felación. Es decir, que para él lo más placentero es que la chica le realice sexo oral.
Del relato del paciente podemos entrever ciertas actitudes que resulta necesario superar si se desean unas relaciones sexuales más libres y más placenteras. Si existe vergüenza a determinadas prácticas sexuales, lo primero es hacer acopio de valor para hablar de estos temas abiertamente. Es verdad que en un principio −cuando no hay suficiente confianza−, esto puede resultar complicado. Pero que sea complicado no quiere decir que no sea posible. Superar este tipo de barreras sólo puede ser positivo y beneficial para la pareja.
Siempre que hemos hablado de la práctica del sexo oral, hemos dejado claro que se considera una práctica de riesgo. A menos que se conozca el estado serológico de la otra persona, conviene utilizar preservativos −en el caso de la felación− o láminas de látex −para el cunnilingus−.
Para que la práctica de sexo oral sea más interesante se pueden emplear sabores −mermeladas, almíbar, sirope de chocolate, nata...−. Usar ingredientes adicionales en ocasiones puede ayudar a que el sexo oral se convierta en una práctica más lúdica y divertida. Sabemos que esto no es nada nuevo y que para gustos colores... Y sobre todo, y aunque parezca obvio, es muy importante la higiene íntima.
Tanto el clítoris como el glande cuentan con infinidad de terminaciones nerviosas que hacen que el sexo oral sea sumamente placentero. La estimulación de esta zona puede llevar al orgasmo. Pero no olvidemos que a todo el mundo no tiene por qué gustarle lo mismo. Lo más importante es respetar el placer del otro y saber pedir lo que nos excita. Y sobre todo no querer imponerle al otro lo que nos gustaría que nos hicieran, sin estar seguros de que ese es su deseo.
¿Tienes dificultades para que tu pareja acepte realizar sexo oral? ¿Te gusta realizarlo y que te lo hagan? ¿Consideras que el sexo oral es una práctica de riesgo? ¿Sueles utilizar protección al realizarlo?