En esto de los pregones y de los pregoneros creo, sin animo de ofender a nadie, que se comenten algunas pequeñas injusticias. Me parece muy bien que este año sea este chico jóven, y lo felicito de veras desde aquí, pero hay gente, quizás demasiada, fuera del pueblo, que o bien por su amor por Castellar o por haber destacado en sus profesiones, aunque sea sin venderlo y con humildez, podían ser recordados para dar algún pregón y no me refiero solo a los de la Virgen. Quizás no les guste figurar demasiado, quizás no los veamos en todas partes, pero ahí están y quieren a su pueblo como el que mas. Algunos incluso ya serán demasiado viejos, cuando se acuerden de ellos si es que se acuerdan. Son las pequeñas injusticias de la vida.