En la altiplanicie se encuentra restos de construcciones íbero-
romanas mezclados con restos del Neolítico, de la Edad del Cobre y del Bronce
YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO DEL CERRO DE LA CABEZA BAJA (ENCINA HERMOSA).
Antecedentes Geográficos.
El yacimiento de Encina Hermosa se localiza en el término municipal de
Castillo de Locubin (
Jaén). Dista en línea recta unos 7 km de la población de Alcaudete en sentido noroeste-oeste, y 5'5km de Castillo de Locubín en sentido Sureste.
El yacimiento se sitúa en un cerro que destaca de su entorno debido a su elevada altitud relativa, cercana a los 100 m, y sus laderas, surcadas por barrancos tributarios del
río San Juan, se hacen cada vez más acusadas al aproximarse a la cima. El asentamiento se sitúa en la cumbre del cerro, presentando una extensión máxima de 10 hectáreas.
A espaldas del cerro, en dirección Norte, se yergue el Cerro de Cabez Alta (907m), flanqueado al Este por la Loma de la Sarna (942m) y el cerro de la Majada (937m), y al Oeste por el Cerro de los Ardales (965m). Hacia el Sur se vislumbran las laderas septentrionales de la
Sierra Acamuña, y más allá, en días de gran visibilidad Sierra
Nevada.
El cerro, una estribación de la Sierra Ahillos hacia el Sureste, es amesetado y alargado en dirección Noreste-Suroeste. Destacan sus valores paisajísticos con una vegetación autóctona de encinar y otras especies propias de
monte bajo mediterráneo.
Son sierras características del subbético jiennense y cordobés, con materiales de edades comprendidas entre el Triásico y el Mioceno, en su mayoría
rocas sedimentarias con intrusiones de rocas volcánicas. Son muy abundantes los afloramientos de calizas masivas, que dan al
paisaje un aspecto característico, y que pueden llegar a originar
paisajes de tipo cárstico.
El cerro de Cabeza Baja ocupa una posición central en el
valle tanto en la dirección Este-Oeste como Norte-Sur, lo cual le proporciona una ubicación privilegiada para el control estratégico, al ser esta
cuenca el punto de contacto del Alto Guadalquivir con las depresiones granadinas y la campiña cordobesa. Además, el valle ofrece un importante potencial agrícola y ganadero, con zonas de
huerta en los suelos más fértiles de las vegas del río; también se dan zonas de campiña, con terrenos calizos idóneos para cultivos como el
olivo, y, en menor medida, los cereales y las leguminosas; monte bajo residual y encinar en las estribaciones de las sierras, aprovechados para la
ganadería.