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CASTILLO DE LOCUBIN: Hola Manolo, aún recuerdo la matanza en casa del primo...

si señor esta hera la feria la carrera de cintas que bonito todo esto

Segun el color de la cinta asi era el premio, tambien por aquellos tiempos se se premiaba al que subiera al extremo de un poste engrasado al final estaba el premio. Otro que habia era atrapar un marrano, tambien embarduñado, se escurria que daba gusto, pero silo pillabas te lo llevabas y los porrones colgados y tenias que romperlos con los ojos tapados.
Y quien no tenia un aro con su guia y un carro de madera con cojinetes. Que tiempos aquellos. Y en verano un buen pelao al cero.

Tio es verdád, me acuerdo de los pelaos al cero, casi todos iguales, y como mucho te dejaban un tufillo en la frente, os acordais, que tiempos.
Por cierto manolo, ahora que estareis con las matanzas, con lo que yo me acuerdo, porque no nos contais algo, me imagino que se seguiran haciendo como antes o nó. Saludos

Miguel claro que se siguen haciendo pero con otro ritual, ya no se matan los cerdos en las casa, se compra la carne en la carnceria y se la llevan a sus casas y alli hacen los chorizos, las morcillas y el salchichon.
En otros tiempos los chiquillos nos peleabamos en la matanzas por menearle el rabo al cochino y el mataor te daba la vejiga para inflarla y luego servia para la zambomba. Que ricos los chicharrones y la pajarillas y ya cuando se metia la matanza en las orzas y cuajaba la pringue que buenas rebanas de pan con manteca.
Eran otros tiempos, en la matanza se levantaba uno a las 6 de la mañana para poner el agua, para pelar el marrano, mientras trago de aguardiente y algun dulce, despues la matanza y luego las migas con bacalao y calabaza, se pillaban unas peas que no era ni bueno. Un abrazo Miguel

Hola Manolo, aún recuerdo la matanza en casa del primo de Pepe Pareja que se llama Rafael Pareja. Me acuerdo que en un descuido de los que sujetaban el marrano éste se escapó con el gancho clavado en la boca y los hombres decían, cuidado que como enganche a alguno lo mata que está rabioso. No veas que miedo pasé, nunca más fuí a una matanza. Un abrazo.