En el campanario aun se conserva el agujero a través del cual discurría la soga que servía para dar las campanadas.
Yo he estado varias veces en el campanario con Antonio el mudo que era el encargado de tocar para el Via Crucis y he tirado de esas sogas. Fue muy emocionante. Y como retumbaban, cuando bajamos me silbaban los oídos.-