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CASTILLO DE LOCUBIN: Hola Antonio J. como díce Espartaco debe ser algún...

Hola Antonio J. como díce Espartaco debe ser algún sindicalista que chupa del bote y se ha sentido ofendido. ¡Estos vividores no paran de dar la lata! Pero a palabras necias, oidos sordos.-
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Estimado Sr. Mellado:
Ni me he sentido ofendido, ni soy un vividor, ni chupo de bote, ni soy sindicalista; tan sólo he expresado una opinión en un foro que me parecía libre.
Me parece de muy mal gusto hacia mí persona que se dedque usted a calificarme de esa manera para deleite de sus " palmeros " en este foro, pero quizás debería usted tener una base más fundada para hablar de personas a las que no conoce en persona. Es muy fácil hacerse el gracioso y ofender a través de este foro, pero como somos ... (ver texto completo)
LA MALA EDUCACIÓN
Resulta espectacular el cisco que se ha montado a raíz de la aparición del libro Educación para la Democracia, Capitalismo y Estado de Derecho de Carlos y Pedro Frenández Liria y Luis Alegre, publicado por Akal.
Lo más llamativo es que la escandalera se ha construido sobre la base de un embrollo que tiene todo el aspecto de ser deliberado: se ha hablado y escrito sin parar sobre ese libro como si fuera un manual que hubiera de servir para impartir clases de Educación para la ciudadanía, cuando lo cierto es que se trata de un trabajo para poner en solfa - eso sí, desde la izquierda- el planteamiento oficial de la nueva y controvertida disciplina.

Pretender, como han hecho muchos, que el libro en cuestión refleja " los verdaderos objetivos "que persigue el Gobierno de Rodríguez Zapaterocon la implantación de esta asignatura resulta disparatado por partida doble. Es ta injusto con Zapatero, al qe le atribuyan intenciones subersivas de las que el hombre carece por completo, como con los autores, a los que presuponen una devoción gubernamental que les pilla en las antípodas.

El debatido libro tiene un eje que cualquiera que se tome el trabajo de leerlo sin prejuicios comprobará que es una obviedad palmaría: cuesiona que quepa analizar nuestra realidad social haciendo abstracción de las consecuencias, en tantos sentidos desdichadas, que nos acarrea el predominio del sistema capitalista. A partir de esa conideración, expone las bases de lo que, a juicio de los autores, debería ser una educación ciudadana crítica con el orden social imperante. Nada que ver con los rollos malifluos e inocuos, atiborrados de apelaciones abstractas a lo políticamente correcto, a los que apunta el plan educativo oficial.

" ¡Es un libro Marxista!", me escribe un lector iracundo. ¿Si?. Pongamos que lo fuera. ¿Y qué?. ¿Está prohibido ser marxista?. " Sólo sé que no soy marxsta ", llegó a escribir el propio Marx en un momento de cabreo. En todo caso, ¿qué clase de descalificación es esa? ¿Es lícito escribir libros tomistas, neoliberales y hasta favorables a Bush, pero no marxistas?. Quien no esté de acuerdo con sus argumentos -que los tiene a raudales-que los discuta. Pero sin falsificarlos. Y sin atribuir a los autores complicidades políticas inventadas.

Estamos ante un ejemplo (otro) de como se fabrican escándaleras mediáticas en laEspaña de hoy, tan propicia a resucitar al Santo Oficio a la primera de cambio: primero se dice que el contrario ha dicho lo que no ha dicho y luego se le condena sin pelación posible por haber dicho lo que no ha dicho.

A decir verdad: yo, con que no se practicara tan masivamente la mala eduación en la ciudadania; casi que me conformaba.

JAVIER ORTÍZ.
DIARIO EL MUNDO.
9 OCTUBRE 2007. ... (ver texto completo)