Luz ahora: 0,13053 €/kWh

CASTILLO DE LOCUBIN: LA SOBREBIA: PREPOTENCIA Y ALTANERIA....

Conviene no olvidar que, al final, "la cabra siempre tira pal monte"... Por eso, aunque no me agrada, tampoco me sorprende.

Saludos a todos los que hacen de este foro algo que merece mucho la pena.

Como animal que me considero me gusta vivir en mi entorno natural. No hay nada más gratificante que satisfacer mis instintos.
Saludos.

Hola Espartaco, lo que tienes que hacer es escribir en inglés y seguro que no te lo borran. Un saludo.-

Mellado a mi lo del ingés se me da muy mal. Prefiero el latín o el griego, que si se me da muy bien. O tal vez el arameo o el sanscrito.

JAJAJA.

LA SOBREBIA: PREPOTENCIA Y ALTANERIA.

La soberbia consiste en concederse más méritos de los que uno tiene. Es la trampa del amor propio: estimarse muy por encima de lo que uno vale. Es falta de humildad y por tanto, de lucidez. La soberbia es la pasión desenfrenada por sí mismo. Apetito desodernado de la propia persona que descansa sobre la hipertrofia de la propia excelencia. Es fuente y origen de muchos males de la conducta y es ante todo una actitud que consiste en adorarse a sí mismo: sus notas más características son prepotencia, presunción, jactancia, vanagloria, estar por encima de todos los que le rodean. La inteligencia hace un juicio deformado de sí en positivo, que arrastra a sentirse el centro de todo, un entusiasmo que es idolatría personal.

La sobebia que es vivida como pasión, comporta un afecto excesivo, vehemente, ardoroso, que llega a ser tan intenso que nubla la razón, pudiendo llegar incluso a anularla e impedir que los hechos personales se vean con una mínima objetividad.

Ante la soberbia dejamos de ver nuestros propios defectos, quedando estos diluidos en nuestra imagen de personas superiores que no son capaces de ver nada a su altura, todo les queda pequeño.

Hay una evidecia por la que uno puede ser tentado por la soberbia, necesitar el halago de los demás y haciendo uno mismo, su propio y permanente elogio de forma clara y difusa, rotunda y desdibujada, a tiempo y a destiempo, con ocasión y sin ella.

Las manifestaciones de la persona soberbia suelen ir acompañadas de una atmósfera grandiosa que él mismo crea sobre su persona y además, a través de sus máscaras; hay arrogancia altaneria, tono despectivo hacia los demás, que se mezclan con desprecio, desconsideración, frialdad en el trato, distancia gélida, impertinencia e incluso, tendencia a humillar. Otras veces esas máscaras son de una insolencia cínica, mordaz, con un rintintín de magnificiencia, que provoca en el interlocutor un rechazo frontal. En los casos más leves, baja la hoguera del engreimiento y entonces la relación personal de hace más soportable.