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CASTILLO DE LOCUBIN: MEDITACIÓN....

MEDITACIÓN.

La tristeza se apodera de mi corazón
y mis ojos están henchidos de lágrimas.
Ni en mis sueños me abandona esta intranquilidad,
este sobresalto del corazón.

El cielo encantador de mi patria,
aumenta el dolor de mi alma.
Sufro, sin encontrar un amuleto,
contra la angustia que padezco.

El amor ha invadido todo mi ser.
Él es la causa de mi malestar.
Una joven hermosísima,
lo inspiró a mi alma.

Su aliento, que es una brisa suave
que reparte el aroma de mil flores;
Sus mejillas, que están coronadas
con el ligero matiz de las rosas
y de las nubes de la tarde.
Sus labios, que son dos claveles entreabiertos
Donde se descubre una gruta de perlas.
Sus cabellos, que son una catarata de oro
que se derrama sobre rocas de nieve,
sobre hombros blancos como azucenas.
Y su mirar, dulce y tranquilo,
ha producido una especie de locura,
un entusiasmo febril en mi corazón.

¡Ella, la ingrata, no paga a mi cariño!
¡Es tan hermosa……!
Huye de mi, como si mi aliento
pudiera marchitar tanto encanto.

Abandona este Edén y se va….
donde no se oye el canto del ruiseñor.
Ni se escucha el tierno quejido de la tórtola.
Ni hay arroyos que murmuran.
Ni árboles que muevan a compás sus hojas.
Todo es talada campiña.

En cambio es la patria de la mujer querida.
Allí nació y vive un ángel.

Aves, que voláis alrededor de mi triste morada,
cortad el viento con vuestras ligeras alas
Y llevadle a mi amor el beso que mi corazón le envía.
volad y recoged un pequeño rizo de su hermosa cabeza,
para acercarlo a mis labios y alebrar mi alma con su aroma.

23 de Marzo de 1876.