Eran las consecuencias de la crisis de 1973 con la que vino la segunda generación de castilleros y castilleras que sufrieron los sinsabores de la emigración. Ser emigrante es una decisión valiente.
Mi más profundo respeto y admiración para todos aquellos que sufrieron ese "exilio" de su tierra.
Castillo es lo que es gracias a esas personas que fueron para
Suiza,
Alemania, Holanda,
Francia y America Latina.