La maestra que más paciencia tuvo para enseñarnos las primeras letras y números. Para ir a esta
escuela tenías que llevarte la sillita de tu
casa y allí estábamos en el pósito, todos juntos con 3, 4 y 5 años hasta que con los 6 entrábamos a la desaparecida E. G. B., directamente a primero.