lunes, 1 de agosto de 2011
Villén Roldán, Tomás "Cencerro"
La H/historia en la memoria
Tomás Villén Roldán “Cencerro” o “Mariscal Cencerro”. Comunista, nació el 7 de marzo de 1903 en Castillo de Locubín (Jaén). Casado con Carmen la Rosa Extremera con la que tuvo cinco hijos. Persona inquieta, idealista y reivindicativa, partícipe en huelgas, dirigente de la FNTT en su pueblo, voluntario en las milicias republicanas. Fue detenido cuando el golpe de Casado, en marzo de 1939, y enviado a la cárcel de Santa Úrsula, en Jaén, con 55 militares republicanos. En el último momento fueron liberados, pero al regresar a su pueblo le detuvieron de nuevo, procesándole. El 17 de marzo de 1940 se fugó de la cárcel de Alcalá la Real, Jaén, uniéndose a la guerrilla liderada por Manuel Castillo “Salsipuedes”, en Jaén. Su presencia se detecta en los términos de Fuensanta de Martos, Alcalá la Real, Fuente Álamo, Bobadilla, Santiago de Calatrava, Noalejo, Martos, Frailes y Valdepeñas de Jaén. Cuando se veían muy acosados, pasaban a Granada. Pronto empezó a destacar el subgrupo de “Cencerro”. El 20 de octubre de 1941 asaltó el coche de línea de Valdepeñas de Jaén a la capital, consiguiendo 40.000 pesetas. En represalia fueron detenidas 42 personas, siendo ejecutadas "por atraco a mano armada" cinco de ellas el 22 de diciembre. A partir de esta fecha actuará de forma casi independiente, en compañía de Juan Palomino “Hojarasquín” por los términos de Fuensanta y Alcalá la Real. Tras la pérdida de “Hojarasquín”, el 28 de diciembre de 1941, “Cencerro” estrechó sus relaciones con “Salsipuedes”. El 10 de febrero de 1943 cayó “Salsipuedes” en una cueva del acantilado Poyo o Pozo Naveral, término de Valdepeñas. A la muerte de “Salsipuedes”, la partida vivió unos meses de transición, con un breve mandato de “Valenzuela”. En el verano de 1943 volvió de Granada “Ollafría”, permaneciendo en Jaén hasta 1944 en que regresa definitivamente a Granada. Poco después “Valenzuela” cedió las riendas a “Cencerro”, el cual, con los efectivos de “Salsipuedes” y otros recién incorporados de Castillo de Locubín (Jaén), formará su propia partida. En 1947 la guerrilla de “Cencerro” contaba con una veintena de hombres, arropados por una amplia red de enlaces. La relación entre la sierra y el llano fue muy estrecha, desarrollando una importante labor política, impulsando la creación de comités comunistas en bastantes localidades. El 15 de enero de 1947 participó en el secuestro del médico de Jamilena (Jaén), obteniendo 25.000 pesetas, y el 2 de marzo en el del terrateniente Máximo Codes, en el cortijo Nuevo, término de Alcaudete (Jaén), con un botín de 20.000 pesetas, un reloj de oro, una pulsera y otros útiles. Volvieron a la sierra con el coche y el chófer del hacendado. El 16 de julio de 1947, enterados de que “Cencerro” y José Crispín “Crispín” se hallaban en casa de Rafael Chica, en Valdepeñas de Jaén, el teniente coronel Marzal encomendó al teniente de Alcalá la Real (Jaén) el asalto de la casa y exterminio de los guerrilleros, al frente de una compañía de guardias. Como el asedio se prolongaba, ordenó una redada de enlaces por el pueblo, con el objetivo de que entraran en la casa a parlamentar y luego no dejarles salir. Junto a Francisco Tello, fueron enviados a la casa Bernardino Narváez “Cojo”, Isidro Jiménez “Pitarra” y Tomás Chica. Los guerrilleros se negaron a rendirse. Cuando los enlaces intentaron salir, los guardias les obsequiaron con una lluvia de tiros. Como la batalla no se resolvía, prendieron fuego a la vivienda y la volaron con dinamita. Cuando los guardias se acercaron a lo que quedaba de la casa fueron recibidos con disparos desde la casa vecina, donde se había trasladado los guerrilleros tras horadar los muros. Al amanecer del día 17 se reanudó el combate. Tras arduos preparativos, los guardias volaron la segunda casa, pero los guerrilleros escondidos en la cueva del corral continuaban disparando. Cuando vieron que barrenaban la cueva, para dinamitarla, se suicidaron. Todo el resto del día se dedicaron a retirar escombros. Hallaron los cuerpos de los cuatro enlaces, pero los cadáveres de los guerrilleros no aparecían. Por fin dieron con sus cuerpos, uno al lado del otro, con las pistolas al lado y un disparo en la sien cada uno. El cadáver de “Cencerro” lo llevaron en un camión a su pueblo. Allí arrojaron su cadáver en el paseo, mientras la banda de música interpretaba pasodobles. MORENO, Francisco, 2001, 5, 10, 15, 32, 135-139, 333-339, 655-663, 665-667, 673 y 700; MORENO, Francisco, 2002a, 205-207; SERRANO, Secundino, 2001, 280
Villén Roldán, Tomás "Cencerro"
La H/historia en la memoria
Tomás Villén Roldán “Cencerro” o “Mariscal Cencerro”. Comunista, nació el 7 de marzo de 1903 en Castillo de Locubín (Jaén). Casado con Carmen la Rosa Extremera con la que tuvo cinco hijos. Persona inquieta, idealista y reivindicativa, partícipe en huelgas, dirigente de la FNTT en su pueblo, voluntario en las milicias republicanas. Fue detenido cuando el golpe de Casado, en marzo de 1939, y enviado a la cárcel de Santa Úrsula, en Jaén, con 55 militares republicanos. En el último momento fueron liberados, pero al regresar a su pueblo le detuvieron de nuevo, procesándole. El 17 de marzo de 1940 se fugó de la cárcel de Alcalá la Real, Jaén, uniéndose a la guerrilla liderada por Manuel Castillo “Salsipuedes”, en Jaén. Su presencia se detecta en los términos de Fuensanta de Martos, Alcalá la Real, Fuente Álamo, Bobadilla, Santiago de Calatrava, Noalejo, Martos, Frailes y Valdepeñas de Jaén. Cuando se veían muy acosados, pasaban a Granada. Pronto empezó a destacar el subgrupo de “Cencerro”. El 20 de octubre de 1941 asaltó el coche de línea de Valdepeñas de Jaén a la capital, consiguiendo 40.000 pesetas. En represalia fueron detenidas 42 personas, siendo ejecutadas "por atraco a mano armada" cinco de ellas el 22 de diciembre. A partir de esta fecha actuará de forma casi independiente, en compañía de Juan Palomino “Hojarasquín” por los términos de Fuensanta y Alcalá la Real. Tras la pérdida de “Hojarasquín”, el 28 de diciembre de 1941, “Cencerro” estrechó sus relaciones con “Salsipuedes”. El 10 de febrero de 1943 cayó “Salsipuedes” en una cueva del acantilado Poyo o Pozo Naveral, término de Valdepeñas. A la muerte de “Salsipuedes”, la partida vivió unos meses de transición, con un breve mandato de “Valenzuela”. En el verano de 1943 volvió de Granada “Ollafría”, permaneciendo en Jaén hasta 1944 en que regresa definitivamente a Granada. Poco después “Valenzuela” cedió las riendas a “Cencerro”, el cual, con los efectivos de “Salsipuedes” y otros recién incorporados de Castillo de Locubín (Jaén), formará su propia partida. En 1947 la guerrilla de “Cencerro” contaba con una veintena de hombres, arropados por una amplia red de enlaces. La relación entre la sierra y el llano fue muy estrecha, desarrollando una importante labor política, impulsando la creación de comités comunistas en bastantes localidades. El 15 de enero de 1947 participó en el secuestro del médico de Jamilena (Jaén), obteniendo 25.000 pesetas, y el 2 de marzo en el del terrateniente Máximo Codes, en el cortijo Nuevo, término de Alcaudete (Jaén), con un botín de 20.000 pesetas, un reloj de oro, una pulsera y otros útiles. Volvieron a la sierra con el coche y el chófer del hacendado. El 16 de julio de 1947, enterados de que “Cencerro” y José Crispín “Crispín” se hallaban en casa de Rafael Chica, en Valdepeñas de Jaén, el teniente coronel Marzal encomendó al teniente de Alcalá la Real (Jaén) el asalto de la casa y exterminio de los guerrilleros, al frente de una compañía de guardias. Como el asedio se prolongaba, ordenó una redada de enlaces por el pueblo, con el objetivo de que entraran en la casa a parlamentar y luego no dejarles salir. Junto a Francisco Tello, fueron enviados a la casa Bernardino Narváez “Cojo”, Isidro Jiménez “Pitarra” y Tomás Chica. Los guerrilleros se negaron a rendirse. Cuando los enlaces intentaron salir, los guardias les obsequiaron con una lluvia de tiros. Como la batalla no se resolvía, prendieron fuego a la vivienda y la volaron con dinamita. Cuando los guardias se acercaron a lo que quedaba de la casa fueron recibidos con disparos desde la casa vecina, donde se había trasladado los guerrilleros tras horadar los muros. Al amanecer del día 17 se reanudó el combate. Tras arduos preparativos, los guardias volaron la segunda casa, pero los guerrilleros escondidos en la cueva del corral continuaban disparando. Cuando vieron que barrenaban la cueva, para dinamitarla, se suicidaron. Todo el resto del día se dedicaron a retirar escombros. Hallaron los cuerpos de los cuatro enlaces, pero los cadáveres de los guerrilleros no aparecían. Por fin dieron con sus cuerpos, uno al lado del otro, con las pistolas al lado y un disparo en la sien cada uno. El cadáver de “Cencerro” lo llevaron en un camión a su pueblo. Allí arrojaron su cadáver en el paseo, mientras la banda de música interpretaba pasodobles. MORENO, Francisco, 2001, 5, 10, 15, 32, 135-139, 333-339, 655-663, 665-667, 673 y 700; MORENO, Francisco, 2002a, 205-207; SERRANO, Secundino, 2001, 280
Juanito... no pienso leer un texto tan largo... me niego en redondo... no me seas Espar... por favor relajate..... Hip, vamos!, a ver si todos nos vasmod s contagiar.... y quien quiera que se suicide... pero no hay vuelta atrás.... hip... vaya borrachera de cabreo.... tonto e insignificante.... pues Cencerro hizo lo que quería hacer y despues le mataron... y san se acabó.... mira mañana empiezo a leer el libro de Almudena Grandes a ver que explica y os lo cuento....
Y hay que dar como cien o doscientos pasos atrás para saber donde empezar de nuevo.... Y arriba el animo... que la r
epublica y España andan a gatas...
Y hay que dar como cien o doscientos pasos atrás para saber donde empezar de nuevo.... Y arriba el animo... que la r
epublica y España andan a gatas...
Por favor Paqui, no me hagas estas comparaciones de mi persona. Simplemente he querido ayudar a ésta persona Miguel Angel Robledillo con su pregunta. Ya que al "parecer" estos estaba tranquilo sale el dúo de siempre a "armarla". Da la impresión de que están al acecho de la mínima oportunidad para liarla. Es que ya huele mal lo de tanta política republicana o nacional de hace ochenta años. Me parece muy bien cualquier tipo de comentario. Pero día tras día y erre que erre. La culpa no la tienen ello, la tenemos los demás que entramos al trapo- Saludos