La verdad es que estoy bastante perplejo con algunas cosas que pasan.
Anoche envié un mensaje al foro, pidiendo a la persona que firma como Cencerro que dejara de utilizar ese alias y dejara de escribir cosas en su nombre -con independencia del grado de afección o de animadversión que pueda sentir hacia su figura- porque, con mala o buena intención, lo cierto es que ese tipo de intervenciones provocan malestar entre sus familiares.
No solo persiste en su actitud sino que, tomándose a broma mi petición, me ha dirigido algunos mensajes supuestamente ingeniosos y graciosos. No en balde la persona que me alertó sobre la existencia de este personaje me lo describió como un “payasillo” de Castillo de Locubín.
No ha querido aprovechar la oportunidad que le he ofrecido de rectificar su conducta. Hay una definición de la estupidez, dada por el economista italiano Carlo Cipolla en su libro “Allegro ma non tropo”, que señala: “lo que define al estúpido es la capacidad de causar daño sin obtener ningún provecho personal”. Esta persona a la que me refiero queda retratada perfectamente por esta definición.
Además, alguien (es muy probable que se trate del mismo sujeto) ha dirigido algunos mensajes a otras personas utilizando mi nombre para provocar confusión: A las 16:17, a las 16:22 y a las 16:43 ha remitido tres a Antonio Contreras (por cierto, agradezco a esta persona su intervención de las 12:22). También se ha dirigido, apropiándose de mi nombre, a Juan (16:47) y a Mellado (16:51).
En fin, no voy a perder más el tiempo con este asunto. Cualquier persona con un mínimo de inteligencia racional y de inteligencia emocional puede captar el sentido de mi anterior intervención en el foro. Si quiere formar parte, como escribí anoche, de la nómina de las personas indignas, allá él.
Antes de terminar, agradezco también a la persona que firma como Espartaco sus afectuosas palabras y le felicito por la gran cantidad de fotografías que ha puesto a disposición de los castilleros y de todo el mundo.
Saludos desde Madrid.
Anoche envié un mensaje al foro, pidiendo a la persona que firma como Cencerro que dejara de utilizar ese alias y dejara de escribir cosas en su nombre -con independencia del grado de afección o de animadversión que pueda sentir hacia su figura- porque, con mala o buena intención, lo cierto es que ese tipo de intervenciones provocan malestar entre sus familiares.
No solo persiste en su actitud sino que, tomándose a broma mi petición, me ha dirigido algunos mensajes supuestamente ingeniosos y graciosos. No en balde la persona que me alertó sobre la existencia de este personaje me lo describió como un “payasillo” de Castillo de Locubín.
No ha querido aprovechar la oportunidad que le he ofrecido de rectificar su conducta. Hay una definición de la estupidez, dada por el economista italiano Carlo Cipolla en su libro “Allegro ma non tropo”, que señala: “lo que define al estúpido es la capacidad de causar daño sin obtener ningún provecho personal”. Esta persona a la que me refiero queda retratada perfectamente por esta definición.
Además, alguien (es muy probable que se trate del mismo sujeto) ha dirigido algunos mensajes a otras personas utilizando mi nombre para provocar confusión: A las 16:17, a las 16:22 y a las 16:43 ha remitido tres a Antonio Contreras (por cierto, agradezco a esta persona su intervención de las 12:22). También se ha dirigido, apropiándose de mi nombre, a Juan (16:47) y a Mellado (16:51).
En fin, no voy a perder más el tiempo con este asunto. Cualquier persona con un mínimo de inteligencia racional y de inteligencia emocional puede captar el sentido de mi anterior intervención en el foro. Si quiere formar parte, como escribí anoche, de la nómina de las personas indignas, allá él.
Antes de terminar, agradezco también a la persona que firma como Espartaco sus afectuosas palabras y le felicito por la gran cantidad de fotografías que ha puesto a disposición de los castilleros y de todo el mundo.
Saludos desde Madrid.
Esta situación, es denuciable.
Usurpar una identidad para provecho propio y sin obtener ningún provecho, eso es una estupidez, denunciable sin duda. Pondré al tanto a mis abogados, no lo dude.
MADRID, 21:51
Un abrazo,
Usurpar una identidad para provecho propio y sin obtener ningún provecho, eso es una estupidez, denunciable sin duda. Pondré al tanto a mis abogados, no lo dude.
MADRID, 21:51
Un abrazo,