Según la leyenda, durante la conquista de la zona por los castellanos, un rey moro se vio obligado a abandonar el castillo. En su huida, dejó a su hija escondida en una estancia secreta bajo la fortaleza, con la esperanza de regresar pronto. Sin embargo, el rey murió en combate, y la joven quedó atrapada. Con el tiempo, la soledad y el abandono transformaron su cuerpo en el de una criatura mitad mujer, mitad serpiente.