En un principio fue
Colegio de la Compañía de Jesús y más tarde, al ser expulsados, pasó a ser de la Orden de los Carmelitas, por el año 1768. Su proyecto se debe a las primeras décadas del siglo XVIII, firmado por Blas Antonio Delgdo, a la sazón Maestro Mayor de la
Catedral de
Jaén. Su exterior es de sillares de toba unidos por gruesa mezcla, contrastando el tono claro de la cal con el oscuro de la
piedra, lo que subraya aún más el tosco corte de los sillares.
Se dice que es la
iglesia más hermosa de
Cazorla, pero también la más olvidada, posiblemente también por estar parcialmente oculta por otras construcciones y estar abierta en contadas ocasiones.