HISTORIA. Siendo esta pobl. de grande antigüedad, muchos se han esforzado en hallarla conocida por los escritores del imperio romano, y han buscado su identidad con alguna de las que aquellos nos dejaron nombradas; pero todas sus conjeturas no han bastado a dar la reducción que no pueda calificarse más bien que científica, voluntaria. Cazorla, sin embargo, es constante hubo de existir desde la más remota antigüedad. Su posición fuerte debió darla importancia militar en todos tiempos. Con propiedad expresa cierto historiador haberse posesionado de Segura y de Cazorla Mohamed Abul Avivad, apellidado el Ciego, cuando habiéndose fugado de la prisión en que se le tenía en Córdoba, y llegado a Toledo con el auxilio de los parciales que encontró en esta c., pasó a acaudillar los descontentos que se habían reunido en las sierras de Jaén (año de 781,). Cazorla debió ser el centro de aquella guerra que puso en cuidado al emir Abd-el-Rahman, quien no consiguió el sofocarla hasta el año siguiente, echando el resto de sus recursos. En el siglo XIII viene a figurar en la contienda entre cristianos y musulmanes. Fué concedida su conquista por el rey San Fernando al arz. D. Rodrigo Giménez, otorgándole su pleno dominio espiritual y temporal; a pesar de los repetidos ataques con que la acosó este prelado, tardó 8 años a reducirla (1240). Desde entonces no volvió a poder de los sarracenos, poemas que se esforzaron en conseguirlo. Establecióse en ella un adelantado: el primero fue Pedro Díaz Carrillo de Toledo, quien como tal, vigilaba, resistía y atacaba a los enemigos fronterizos, proveía las necesidades del pueblo y cumplía las órdenes del arz., cuyo señorío espiritual ha continuado hasta el día. No así el señorío temporal: de este fue despojado el toledano por el rey Carlos I, quien lo concedió a D. Francisco de los Cobos, por cuya muerte se trasmitió a sus sucesores, los marqueses de Camarasa, quienes lo poseyeron hasta el año 1601, en que se concluyó el pleito seguido por los arzobispos, sobre esta posesión, terminándose a favor del cardenal D. Reinardo de Rojas y Sandoval, cuyos sucesores vinieron a poseerlo igualmente, nombrando ayunt. y corregidores letrados, hasta la extinción de estas prerrogativas señoriales. La v. de Cazorla se distinguió considerablemente por su patriotismo en la guerra de la Independencia: los franceses, después de repetidas tentativas, lograron apoderarse de ella; la saquearon e incendiaron en su mayor parte (año 1811): los vecinos de Cazorla, después de ver la ruina de sus hogares, continuaron haciendo la guerra a los franceses, sin nunca someterse a su yugo. En 1813 mereció, por sus señalados servicios, que se le diese el título de c. en cambio del de v. que disfrutaba desde que fue conquistada del poder de los agarenos. También se ha distinguido en la última guerra civil, manifestando suma decisión por el trono de Isabel II y los principios liberales, que en él se hallan simbolizados. En principios de febrero de 1838, fue sorprendida por los carlistas expedicionario; mas apenas la pisaron cuando hubieron de evacuarla. Hace por armas, entre dos escudos pastorales, un cast., y en medio de él una estrella.
* Diccionario Geográfico-Estadístico-Históri co de España. Pascual Madoz, 1848.
* Diccionario Geográfico-Estadístico-Históri co de España. Pascual Madoz, 1848.