Dedicado a Un socialista que escribe bastantes FRASES:
Más de una vez en nuestra vida hemos sido victimas de la prepotencia y si somos honestos tendremos que confesar que hemos sido prepotentes alguna vez. La prepotencia es como un virus, no respeta sexo, edad ni condición. Cualquiera puede serlo y, tristemente, algunos empiezan muy jóvenes, siguiendo el ejemplo de sus padres o mayores.
La prepotencia aqueja a cualquier sociedad, desde luego, pero en Chiclana tiene el terreno bien abonado para desarrollarse, así que la conocemos y padecemos de sobra.
Un prepotente es una persona que abusa o hace alarde de su poder. Este abuso o alarde nada tiene que ver con la autoestima. Tener confianza en uno mismo es bueno, pero cuando rebasamos la línea a la prepotencia, se echa a perder todo lo ganado. La prepotencia surge de la falsa creencia de que somos “superiores” y de que por tanto tenemos el derecho de hacer nuestra santa voluntad pasando por encima de quien sea y una forma de manifestarse es cuando queremos cambiar las cosas para que se acomoden a nuestras ideas sin importarnos como afectan a los demás.
Por eso, socialista de frases bonitas, tendrías que tener presente que estemos donde estemos, es nuestro deber respetar a los demás. Creo que es el momento de empezar a abandonar esas actitudes para que las nuevas generaciones aprendan de nuestro ejemplo. Y hablando de predicar con el ejemplo, los primeros obligados en ponerlo, creo yo, deberían ser los servidores públicos.
Más de una vez en nuestra vida hemos sido victimas de la prepotencia y si somos honestos tendremos que confesar que hemos sido prepotentes alguna vez. La prepotencia es como un virus, no respeta sexo, edad ni condición. Cualquiera puede serlo y, tristemente, algunos empiezan muy jóvenes, siguiendo el ejemplo de sus padres o mayores.
La prepotencia aqueja a cualquier sociedad, desde luego, pero en Chiclana tiene el terreno bien abonado para desarrollarse, así que la conocemos y padecemos de sobra.
Un prepotente es una persona que abusa o hace alarde de su poder. Este abuso o alarde nada tiene que ver con la autoestima. Tener confianza en uno mismo es bueno, pero cuando rebasamos la línea a la prepotencia, se echa a perder todo lo ganado. La prepotencia surge de la falsa creencia de que somos “superiores” y de que por tanto tenemos el derecho de hacer nuestra santa voluntad pasando por encima de quien sea y una forma de manifestarse es cuando queremos cambiar las cosas para que se acomoden a nuestras ideas sin importarnos como afectan a los demás.
Por eso, socialista de frases bonitas, tendrías que tener presente que estemos donde estemos, es nuestro deber respetar a los demás. Creo que es el momento de empezar a abandonar esas actitudes para que las nuevas generaciones aprendan de nuestro ejemplo. Y hablando de predicar con el ejemplo, los primeros obligados en ponerlo, creo yo, deberían ser los servidores públicos.