FINAL DE RECORRIDO. PRóXIMA ESTACIóN: LIBERTAD.
Ayer tuve la ocasión de contemplar la toma de posesión del nuevo alcalde de Chiclana. Durante el acto, solemne y público como nunca, se pusieron de manifiesto las actitudes y las aptitudes de quien va a ser alcalde y del que deja de serlo. Domingo hizo un discurso (gracias a que Santiago le permitió hacer lo que aquél le impidió cuatro años antes) triste, desgarbado, sectario, rencoroso y lleno de ira. Tenía la oportunidad de despedirse de una forma honesta del pueblo que ha gobernado durante ocho años (y que le ha dado de comer, no lo olvidemos), de agradecer el apoyo que le brindaron sus vecinos, de apostar por la participación democrática o de desearle un mandado a Santiago lleno de logros para bien de Chiclana.
Por su parte, Santiago bordó un discurso que rezumaba libertad y democracia, participación y esperanza, en el que quiso implicar a todos los vecinos y en el que apostó por el cambio necesario. Toda una declaración de principios de esta nueva etapa que ha llegado a nuestro pueblo.
Pero lo más importante es que el rencor y el odio son agua pasada y que las celebraciones tienen que dar lugar al trabajo duro y arduo para sacar al pueblo de pozo en el que lo han dejado. Salud para todos
Rafael.
Ayer tuve la ocasión de contemplar la toma de posesión del nuevo alcalde de Chiclana. Durante el acto, solemne y público como nunca, se pusieron de manifiesto las actitudes y las aptitudes de quien va a ser alcalde y del que deja de serlo. Domingo hizo un discurso (gracias a que Santiago le permitió hacer lo que aquél le impidió cuatro años antes) triste, desgarbado, sectario, rencoroso y lleno de ira. Tenía la oportunidad de despedirse de una forma honesta del pueblo que ha gobernado durante ocho años (y que le ha dado de comer, no lo olvidemos), de agradecer el apoyo que le brindaron sus vecinos, de apostar por la participación democrática o de desearle un mandado a Santiago lleno de logros para bien de Chiclana.
Por su parte, Santiago bordó un discurso que rezumaba libertad y democracia, participación y esperanza, en el que quiso implicar a todos los vecinos y en el que apostó por el cambio necesario. Toda una declaración de principios de esta nueva etapa que ha llegado a nuestro pueblo.
Pero lo más importante es que el rencor y el odio son agua pasada y que las celebraciones tienen que dar lugar al trabajo duro y arduo para sacar al pueblo de pozo en el que lo han dejado. Salud para todos
Rafael.