Con tanto calentarse la cabeza, podía además pensar es muy incoherente por su parte quejarse de que alguien cambie su voto para dárselo a otro, porque esa es la esencia de la democracia: poder elegir a quién se quiere votar cuándo y por lo que sea. Precisamente eso era lo que no podíamos hacer hace 32 años, por la tontería de que como no podíamos votar, no podíamos elegir. Y ahora que sí podemos, que tanto nos llenamos la boca con la democracia, resulta que tenemos que meter en el sobre lo que diga alguien? Y a eso le llamamos democracia? pues qué risa...