¿tienes un negocio?



EL RATÓN INDECISO

Un ratoncito se coló una noche en una tienda llena de exquisiteces. El pequeño roedor empezó a oler todas las cosas buenas que había a su alrededor: mantequilla, tocino, chocolate... Y, sobre todo, ¡el queso! Se alzó sobre sus patitas traseras y, sin poder reprimirse, emitió un grito de felicidad. Pero, ¿con qué debería empezar su banquete? Iba a hincarle el diente a un trozo de mantequilla cuando le llegó el aroma a un chorizo riquísimo desde el otro lado del local. Cuando iba ... (ver texto completo)
Nunca escribo mi nombre en los libros que compro hasta después de haberlos leído, porque sólo entonces puedo llamarlos míos.
Las oportunidades son como los amaneceres. Si esperas mucho tiempo, las pierdes.
Se pasó la vida esperando que pasara algo maravilloso y lo único maravilloso que pasó fue la vida.
Cada generación piensa que puede ser más inteligente que la anterior.
Buenas noches Antonia. dulces sueños.. un abrazo.
Buenas noches Sensi, hasta mañana, que descanses un abrazo.
Buenas noches Antonia. dulces sueños.. un abrazo.
El desafío al maestro Zen

Después de ganar varias competencias de tiro al blanco, el joven y presumido campeón, desafió a un maestro del Zen famoso por su habilidad como arquero. El joven demostró una habilidad técnica muy buena cuando impactó el centro del blanco en su primer intento.
Su segundo tiro era igual de perfecto y dijo al anciano:
- ¡Allí lo tiene! ¿Vea si puede igualar eso?
Imperturbado, el maestro no sacó su arco. Le hizo un gesto para que lo acompañara a la montaña.
Curioso ... (ver texto completo)
Recordar un buen momento es sentirse feliz de nuevo.
Los libros se respetan usándolos, no dejándolos en paz.
Cuando viajo, sólo llevo una maleta muy pequeña, todo lo importante va dentro de mi.
La vida está hecha de días que no significan nada y momentos que significan todo.
Buenas noches Antonia. feliz descanso.. un abrazo en la distancia.
EL AGUA ENVENENADA

Un anciano muy religioso viajaba de un monasterio a otro a lomos de una mula. El sol era tan implacable y el camino tan largo, que sus fuerzas se debilitaron y acabó perdiendo el conocimiento hasta caerse de la montura. Justo en ese momento, pasaba por allí un bandolero tristemente célebre por sus muchas fechorías que, al verlo, se apiadó de él. El bandido lo cogió entre sus brazos y trató de darle un poco de agua para reanimarlo. De repente, el anciano volvió en sí y reconoció ... (ver texto completo)
Lo hermoso del desierto es que en cualquier parte esconde un pozo.