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El sol y la luna se aman tanto que cada cierto tiempo hacen eclipse para olvidar la distancia que los separa y recordar más el amor que los une.
Los besos por escrito no llegan a su destino, se los beben por el camino los fantasmas.
Hay quien piensa que lo importante de la vida es el dinero, cuando lo realmente importante son todas aquellas cosas que no cambiarías por el dinero.
Las emociones no tienen medida, no tienen frontera, no tienen tiempo..
LA ADIVINANZA DEL REY

Había una vez un rey que tenía una adivinanza por resolver, así que declaró que recompensaría a quien lo hiciera concediéndole libre acceso a los tesoros del reino por una hora, durante la cual podría llevarse lo que quisiera. Al día siguiente, miles de personas se presentaron para resolverla, pero solo uno acertó la respuesta. El rey empezó a arrepentirse de haber ofrecido un premio tan generoso, por lo que decidió investigar al ganador para descubrir la forma de distraerlo ... (ver texto completo)
La herida no la sana el tiempo.. La herida la sanas tú cuando la enfrentas, la entiendes y aceptas su existencia.
Será un mundo mejor cuando se enseñe a las personas a ser honestas, no inteligentes..
La vida no es más que una partitura que se escribe cada día, hasta encontrar la nota final, que sepa tocar.
La vida me ha enseñado que siempre hay que buscarle el lado bueno a las cosas y recordar que todo pasa por algo.
Buenas noches feliz noche, hasta mañana un abrazo.
Un lobo, tan hambriento que no tenía más que piel y huesos, se encontró a un perro, gordo y lustroso, que se había extraviado. De buen grado lo hubiera acometido y destrozado, pero verdad es que para eso había que emprender singular batalla, y el enemigo tenía aspecto de defenderse bien.
Por ello, el lobo se le acercó con la mayor cortesía, entabló conversación con él, y le felicitó por lo bien que se veía.
-No estás tan admirable como yo, porque no quieres, contestó el perro... -Deja el bosque y a los tuyos, son unos desdichados. Sígueme y tendrás una mejor vida.
-Y qué tendré que hacer?, contestó el lobo.
-Casi nada, repuso el perro, acometer a los pordioseros y a los que llevan bastón o garrote; acariciar a los de la casa, y complacer al amo. Con tan poco como esto, tendrás buena comida, las sobras de todos los alimentos, huesos de pollo y pichones; y algunas caricias, además.
El lobo, al oír tal cosa, se imaginó un porvenir de gloria que le hizo llorar de gozo. Pero mientras caminaba hacia la casa del amo, advirtió que el perro tenía en el cuello una cadena.
— ¿Qué es eso?, le preguntó.
— Nada.
—Cómo que nada?, Poca cosa, algo será.
—Es solo la señal del collar al que estoy atado.
— ¡Atado!, exclamó el lobo, pues ¿qué?, ¿no vas y vienes adonde quieres?.
—No siempre, pero eso, ¿qué importa? —Importa tanto,
replicó el lobo, que renuncio a tu comida, y renunciaría a cualquier cosa por conservar el mayor de los tesoros: mi libertad.
Dijo esto y se alejó corriendo, sin mirar atrás. ... (ver texto completo)
La peor ceguera es la mental, que hace que no reconozcamos lo que tenemos por delante.
Cuando el día es una promesa... La noche es un premio.
La vida no es tiempo, sino esencia. No importa cuánto tiempo vives, sino cuánta vida puedes capturar.
Sólo cerrando las puertas detrás de uno se abren ventanas hacia el porvenir.