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COTO RIOS: Bajo el sol ardiente de verano se ve a lo lejos las...

Bajo el sol ardiente de verano se ve a lo lejos las casa blancas indicando que es el sur, camino por los campos y me acerco al pequeño pueblo, vestido con un manto transparente, que deja ver el cielo, limpio y azul,
y un silencio que me hace ir de puntillas para no despertar los pájaros que duermen en sus nidos.
Por la tarde, cuando el sol se va escondiendo tras las bajas montañas, la gente del pueblo se asoma a las puertas de sus casas y sin que el sol les ciegue, marchan al centro de la plaza.
En los campos, los pastores descansan sobre la hierba,
mirando el sol de la tarde de verano
y oyendo el sonido del rio pasar limpio y puro, reflejando la arboleda y los animales pastando.
Ese viejo hombre con su cayado, se sienta bajo un árbol mira sus ovejas y se seca el sudor con una toalla limpia y vieja que su mujer le lava a mano, en el rio,
entre las piedras.
Al anochecer se levanta un frío viento y la arena de las calles baila al son del aire.
La gente se recoge en sus blancas casas que ya han encalado las mujeres y riegan en las ventanas sus pequeñas y verdes plantas.
Ando mas y mas por este pequeño pueblo y la gente en sus puertas preguntandose y diciendo.
Solo se oyen susurros y los pajaros despiertos.
Y me marcho de este pueblo con una lágrima en los ojos,
pero volveré, volveré a este pueblo sureño,
bajo el sol de verano entre montañas y campos.

Este poema lo hice con 12 años con todo el corazon y lo guardo con el cariño que se puede tener al pueblo que te a visto crecer
VERONICA