Situación:
Don Pedro, núcleo con el que le une una estrecha relación social e histórica. Bajo el conjunto monumental, histórico, natural y sacro de Tíscar se sitúan Las Casillas de Don Pedro, con el Picón Larguillo, desafiando el equilibrio y dando la bienvenida al viajero. Este grupo de caseríos, con un encantador desorden urbanístico motivado por la difícil orografía del terreno y las condiciones sociales de sus habitantes, recibe este nombre en honor al infante Don Pedro, tío de Alfonso XI, quien en 1319 tomó la fortaleza mora de Tíscar y sus 4.500 habitantes, al reyezuelo árabe Mohamed Adón. Al fondo del vallejo, a ambos lados del arroyo de Tíscar, está Belerda, resguardada por un paredón natural donde habitan buitres y cabras monteses, al pie de los Cerros del Caballo, plenamente integrada en un medio agreste y, aparentemente, hostil.
A pesar de la fuerte emigración sufrida durante el último medio siglo, ambas aldeas siguen pobladas y con cierta vitalidad, aún manteniendo su ambiente tranquilo. No ha corrido la misma suerte otra aldea que se encuentran aguas abajo, Arroyo Molinos, que ha quedado totalmente despoblada.
Aunque no aparezca en los mapas, ni exista señalización al respecto, ni separación que se pueda observar de forma nítida, existen dos Belerdas: la alta y la baja, por lo que es habitual escuchar referirse a la aldea en plural. Muchas costumbres populares se conservan aún, incluso todavía se usa el viejo lavadero público. Sus habitantes son agricultores y ganaderos, aunque existen algunos servicios (panadería, tienda, bar, etc).
A pesar de la fuerte emigración sufrida durante el último medio siglo, ambas aldeas siguen pobladas y con cierta vitalidad, aún manteniendo su ambiente tranquilo. No ha corrido la misma suerte otra aldea que se encuentran aguas abajo, Arroyo Molinos, que ha quedado totalmente despoblada.
Aunque no aparezca en los mapas, ni exista señalización al respecto, ni separación que se pueda observar de forma nítida, existen dos Belerdas: la alta y la baja, por lo que es habitual escuchar referirse a la aldea en plural. Muchas costumbres populares se conservan aún, incluso todavía se usa el viejo lavadero público. Sus habitantes son agricultores y ganaderos, aunque existen algunos servicios (panadería, tienda, bar, etc).