Como todo
pueblo, éste tiene varias
fiestas. En primer lugar mencionar la botijuela que se celebra cuando se acaba la época de
aceituna. Y también mencionar las famosas fiestas de
San Isidro a la que acuden gente de todos los
pueblos que le rodean. En estas fiestas antes que nada están las
procesiones de Nuestra Señora de Fátima y San Isidro Labrador patrón de
El Campillo. Tampoco puede faltar en este pueblo la tradicional suelta de
vaquillas en la que si no pasa nada te lo pasas muy bien.
Las fiestas fueron, son un punto de encuentro, y fueron esas migas al
amanecer en
las eras, esas habas recien cogidas, esas tradicioes perdidas y algún día recuperables. Las fiestas son ese llorar en las procesiones cuando damos gracias a la
Virgen por dejarnos volver otro año a verla. Son emociones, son
amistad, son algo que se lleva en el alma, pobres, pero con un sentimiento que sólo los que nacimos allí llevamos siempre en el corazón. San Isidro ha perdido a los agricultores que sembraban habas, que sembraban trigo, y siempre le llebaban la espiga más alta, las habas más grandes como
señal de agradecimiento. Personas especiales y agradecidas de lo que tienen que ya no están y seguro que están junto a él.
Hoy son unas fiestas un poco más superficiales, con arreglo a los tiempos que vivimos, pero todavía surge la emoción en algunos de sus encuentros. Y por último desde el año 2023 tuvo la idea el Alcalde pedanio de celebrar la virgen del carmen.