Hola Manitas.
Soy un centenillero con condición de trabajador, al igual que tú.
Quiero aclarte que: cuando hablamos de El Centenillo lo hacemos de forma intuitiva, y afecta al espíritu o al respeto humanos, y no a lo material o jurídico, o sea, desde la moral, y sabemos sobradamente de la explotación de que fueron objeto (colonialismo, neocolonialismo, autoritarismo) nuestros abuelos y padres, y aún sabiendose explotados debían mostrar sumisión al sistema; por lo que creo son dignos de elogio.
Por otro lado, sea cúal sea el color de los gobernantes, el capitalismo, ya en alguna de sus formas: neocolonialismo, neoliberalismo, etc, sigue enquistado en nuesta sociedad, mutandose o disfrazandose conforme a los tiempos, adaptandose a cualquier forma de vida política o social, para conseguir así su fin, o lo que es lo mismo, seguimos siendo explotados por los mismos perros con distinto collar, de lo que puede deducirse que la España de hoy no difiere en mucho de la España de siempre.
Es cierto que ni la tierra ni las casas, sólo la vida, eran nuestras; quizás entendiamos que la mejor propiedad privada es la vida de por sí.
Espero que entiendas esto, según digo al principio, sólo como una aclaración y no como un enfrentamiento.
Un saludo.
Soy un centenillero con condición de trabajador, al igual que tú.
Quiero aclarte que: cuando hablamos de El Centenillo lo hacemos de forma intuitiva, y afecta al espíritu o al respeto humanos, y no a lo material o jurídico, o sea, desde la moral, y sabemos sobradamente de la explotación de que fueron objeto (colonialismo, neocolonialismo, autoritarismo) nuestros abuelos y padres, y aún sabiendose explotados debían mostrar sumisión al sistema; por lo que creo son dignos de elogio.
Por otro lado, sea cúal sea el color de los gobernantes, el capitalismo, ya en alguna de sus formas: neocolonialismo, neoliberalismo, etc, sigue enquistado en nuesta sociedad, mutandose o disfrazandose conforme a los tiempos, adaptandose a cualquier forma de vida política o social, para conseguir así su fin, o lo que es lo mismo, seguimos siendo explotados por los mismos perros con distinto collar, de lo que puede deducirse que la España de hoy no difiere en mucho de la España de siempre.
Es cierto que ni la tierra ni las casas, sólo la vida, eran nuestras; quizás entendiamos que la mejor propiedad privada es la vida de por sí.
Espero que entiendas esto, según digo al principio, sólo como una aclaración y no como un enfrentamiento.
Un saludo.