Como dice la Capi, haberlas haylas. Lo que pasa es que a los que no somos pofecionales del tema, prácticamente, es pura casualidad que nos encontremos con este codiciado manjar, y a fuerza de dar vueltas, a veces la suerte te sonríe y coincides en el terreno con alguna. De esta manera, te vas animando a seguir pateando terreno.
Al final, entre todas, poco mas de medio kilo, y una de ellas magnifica, como se puede apreciar en la foto. Y como somos como somos, había que justificar como sea el día,...