Antes de nada, animar a Belmontes para que nos siga mostrando a ese niño que ahora mira el mundo con las sienes plateadas y una sonrisa picarona.
Quiero aportar unas pinceladas que ayuden a ver y completar ese cuadro del pasado cercano que aun nos emociona.
El abuelo, al final se caso con la cortijera, monto una pequeña tienda donde se comerciaba con todo lo que en esa época se podía comprar, que no era mucho. Con una gramola, muchos litros de ponche y matando bastantes cochinos, de los que se aprovechaba todo, vendía según las necesidades y los dineros de cada familia. La mayoría fiao, los hombres se iban a la siega y otra faenas de jornaleros y cuando venían le pagan la cuenta que había ido acumulando la familia.
Construyo una de las mejores casas del pueblo para la época, como seria que
cuando su suegro se digno bajar del cortijo para verla, a la vuelta le contó a su mujer lo que había visto en frailes: Marigracia, no te puedes creer la casa que tiene la Mariquita. No tiene vigas en el techo (los primeros cielos rasos con cañizo). Los suelos son como espejos (ni tierra ni empedraos, losas formando dibujos de vivos colores). Y lo mas increíble, le das un pellizco a la pared y se enciende el candil (las llaves de pedernal que girándolas se encendía una pequeña bombilla de 30v a 125). Cuando me venia vi una caja donde se oía gente de todas parte (las primeras radios)
En ese momento la suegra le interrupio, ¿también se oía Córdoba?- Pues claro._Hombre, porque no preguntastes por nuestros nietos.
Hasta la próxima, un abrazo incluidos los pinchiteros.
Quiero aportar unas pinceladas que ayuden a ver y completar ese cuadro del pasado cercano que aun nos emociona.
El abuelo, al final se caso con la cortijera, monto una pequeña tienda donde se comerciaba con todo lo que en esa época se podía comprar, que no era mucho. Con una gramola, muchos litros de ponche y matando bastantes cochinos, de los que se aprovechaba todo, vendía según las necesidades y los dineros de cada familia. La mayoría fiao, los hombres se iban a la siega y otra faenas de jornaleros y cuando venían le pagan la cuenta que había ido acumulando la familia.
Construyo una de las mejores casas del pueblo para la época, como seria que
cuando su suegro se digno bajar del cortijo para verla, a la vuelta le contó a su mujer lo que había visto en frailes: Marigracia, no te puedes creer la casa que tiene la Mariquita. No tiene vigas en el techo (los primeros cielos rasos con cañizo). Los suelos son como espejos (ni tierra ni empedraos, losas formando dibujos de vivos colores). Y lo mas increíble, le das un pellizco a la pared y se enciende el candil (las llaves de pedernal que girándolas se encendía una pequeña bombilla de 30v a 125). Cuando me venia vi una caja donde se oía gente de todas parte (las primeras radios)
En ese momento la suegra le interrupio, ¿también se oía Córdoba?- Pues claro._Hombre, porque no preguntastes por nuestros nietos.
Hasta la próxima, un abrazo incluidos los pinchiteros.