Para seguir con la línea del chiste, ahí va uno muy antiguo pero que le tengo mucho cariño por ser del repertorio de los que me contaba mi padre.
Se encuentran dos amigos-Hola Pepe- Hola Juan-
-Pero Pepe que mal aspecto tienes, y que delgado estás.
-No sabes Juan que mala racha estoy pasando, me echaron del trabajo y me va todo fatal, vamos, llevo tres semanas sin comer.
- ¿Que llevas tres semanas sin comer? Ahora mismo te vienes a mi casa y lo arreglamos.
LLegan a la casa y Juan le dice a su esposa-María este es mi amigo Pepe que atraviesa un mal momento ¿que le puedes dar de comer?
-Pues tengo un potaje muy rico. Ahora mismo se lo pongo.
Pepe comienza a comer con gran ansiedad, y Juan le recomienda que no coma de esa manera, ya que le puede sentar mal.
- No lo puedo evitar, dice Pepe, no sabes que hambre tengo, vamos tres semanas sin comer.
Pepe termina el potaje y sigue aceptando el ofrecimiento de más platos, macarrones, albóndigas, tortilla de patatas, croquetas, empanadillas, hasta que llega un momento que se para, diciendo:
-Ay que mal me encuentro, que mareo, se me va la cabeza.
-Ya te estaba avisando yo, dice Juan, que estabas comiendo muy deprisa y te podía sentar mal. Lo mejor en estos casos es que te metas dos dedos en la boca para expulsar la comida, y le señala el dedo índice junto al dedo corazón, y Pepe le contesta:
- Si yo pudiera meterme dos dedos en la boca, me comía dos plátanos.
Se encuentran dos amigos-Hola Pepe- Hola Juan-
-Pero Pepe que mal aspecto tienes, y que delgado estás.
-No sabes Juan que mala racha estoy pasando, me echaron del trabajo y me va todo fatal, vamos, llevo tres semanas sin comer.
- ¿Que llevas tres semanas sin comer? Ahora mismo te vienes a mi casa y lo arreglamos.
LLegan a la casa y Juan le dice a su esposa-María este es mi amigo Pepe que atraviesa un mal momento ¿que le puedes dar de comer?
-Pues tengo un potaje muy rico. Ahora mismo se lo pongo.
Pepe comienza a comer con gran ansiedad, y Juan le recomienda que no coma de esa manera, ya que le puede sentar mal.
- No lo puedo evitar, dice Pepe, no sabes que hambre tengo, vamos tres semanas sin comer.
Pepe termina el potaje y sigue aceptando el ofrecimiento de más platos, macarrones, albóndigas, tortilla de patatas, croquetas, empanadillas, hasta que llega un momento que se para, diciendo:
-Ay que mal me encuentro, que mareo, se me va la cabeza.
-Ya te estaba avisando yo, dice Juan, que estabas comiendo muy deprisa y te podía sentar mal. Lo mejor en estos casos es que te metas dos dedos en la boca para expulsar la comida, y le señala el dedo índice junto al dedo corazón, y Pepe le contesta:
- Si yo pudiera meterme dos dedos en la boca, me comía dos plátanos.
