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Últimamente tengo poco tiempo para ver como va el foro de mi pueblo. pero aprovechando el finde he leído que Belmonte, "paquillo" estaba pachucho, espero que estés mejor. Estoy convencido que en la transición entre el paleolítico y el neolítico unas especies de homínidos fueron desapareciendo hasta quedar solo el actual homo sapien-sapiens. Eso es lo que estudiamos en la facultad, pero hay algo que se nos escapo y que trae a la humanidad de cabeza desde los tiempos prehistóricos. Una especie parásita, idéntica en aspecto físico al homo sapiens-sapiens, imposible de distinguir a simple vista, totalmente camuflada en nuestro complejo enjambre social. Pero profundamente antisocial, egoísta e improductiva. Consciente de su incompetencia para sobrevivir por sus propios medios es insaciable en su afán de acumular recursos ajenos, sabedora de la existencia de otros espécimenes de su misma especie, no se fía ni de su sombra y el individualismo es su bandera.
Las primeras manifestaciones de su existencia la tenemos cuando convencen al homo sapiens para que ponga de pie pedruscos de varias toneladas de peso, mientras ellos organizan el reparto del mamut y quien vigila a las titis mas buenas del poblado.
Al ·sapiens" que teniéndolo ocupado puedes hacer con el lo que quieras, en cuanto lo consiguió le pidieron que pusiera otra al lado y luego otra encima y luego formando una pira mide y luego haciendo circos, campos de fútbol... etc. Mientras tanto los "espabilatus" inventaban el dinero, que es una mentira dificil de creer, los reyes por la gracia de Dios, la rivalidad con el pueblo vecino para atrevas del miedo manejar a sus "sapiens".
Una sociedad puede soportar a un determinado porcentaje de "Espabilatus", pero como estos se reproducen como las ratas en periodos de abundancia, provocan crisis cíclicas que pagan muy duro los "sapiens", que aun no han aprendido a detectar su presencia en su colmenas y dejan que estos controlen la mayor parte de la miel que tanto esfuerzo les cuesta recolectar y que ellos saben llevar "legalmente" a los paraíso fiscales.
Queridos paisanos estamos asistiendo a momentos históricos, los Florentinos y demás espabilatus que hacían temblar al mundo por primera vez están temblando ellos, y ni sus amigos los políticos les pueden salvar el culo.
Hasta aquí hemos aguantado, y han sido unos cuantos miles de años.
disfracemos nuestra cara con la mejor de nuestras sonrisas para el carnaval de la vida.
Las primeras manifestaciones de su existencia la tenemos cuando convencen al homo sapiens para que ponga de pie pedruscos de varias toneladas de peso, mientras ellos organizan el reparto del mamut y quien vigila a las titis mas buenas del poblado.
Al ·sapiens" que teniéndolo ocupado puedes hacer con el lo que quieras, en cuanto lo consiguió le pidieron que pusiera otra al lado y luego otra encima y luego formando una pira mide y luego haciendo circos, campos de fútbol... etc. Mientras tanto los "espabilatus" inventaban el dinero, que es una mentira dificil de creer, los reyes por la gracia de Dios, la rivalidad con el pueblo vecino para atrevas del miedo manejar a sus "sapiens".
Una sociedad puede soportar a un determinado porcentaje de "Espabilatus", pero como estos se reproducen como las ratas en periodos de abundancia, provocan crisis cíclicas que pagan muy duro los "sapiens", que aun no han aprendido a detectar su presencia en su colmenas y dejan que estos controlen la mayor parte de la miel que tanto esfuerzo les cuesta recolectar y que ellos saben llevar "legalmente" a los paraíso fiscales.
Queridos paisanos estamos asistiendo a momentos históricos, los Florentinos y demás espabilatus que hacían temblar al mundo por primera vez están temblando ellos, y ni sus amigos los políticos les pueden salvar el culo.
Hasta aquí hemos aguantado, y han sido unos cuantos miles de años.
disfracemos nuestra cara con la mejor de nuestras sonrisas para el carnaval de la vida.
Muy bueno Antonio Romero, una verdad como un templo, si es como dice uno por ahí, la mitad del pueblo, de la ciudad de..., se levantan para intentar aprovecharse y engañar a la otra mitad.