Me sumo y llevo tras de él varios años, es más el Sr. Alcalde, es depositario de un escrito mío, pidiendo se le dedique una calle, plaza o lugar donde quede constancia del bien que hizo a nuestros hermanos fraileros. Tal vez no se habrá podido realizar, pero tengo ofrecida protección superior y aún no he tocado tal resorte. Cada vez que subo al cementerio, busco su sitio y le dedico un Padre Nuestro desde lo más profundo de mi ser, es tributo de admiración y agradecimiento a mi casi primer maestro, al que tuve que acudir por imperiosa necesidad, lo que me ocurría en la Nacional, no lo voy a contar ahora, eso lo registran mis memorias. Si tengo que contribuir económicamente, contad conmigo. Me dió clases, las dió a mi Mercedes, a hijo Manolo, prestó un servicio a varias generaciones, a base de sacrificio en tiempos tan difíciles, es más digno que cualquier otro que haya sido profesor Universitario, por sus múltiples circunstancias físicas, sociales, etc. ¡No me olvideis! Un abrazo a todos.