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"Mi infancia son recuerdos de un patio de... Frailes,
y un huerto claro donde madura... el "granao y el nogal",
mi juventud..., varios años estudiando y bailando,
mi historia..., muchas alpacas que recordar no quiero".
Recuerdo el patio de mi casa, como mi hermana ha explicado, con hilo musical contínuo, agua cayendo a borbotones, que, en muchas ocasiones, no te permitía enterarte de lo que hablabas. Recuerdos de mi madre, apesar de los años que han pasado, lavando, cosiendo, o haciendo chorizo debajo de la higuera, o en el rulo, como nosotros llamábamos a esa zona. Reando cuerdos de dos crías, casi, fregando cántaras, barriendo un enorme patio todos los días después de pasar las vacas, y metiendo alpacas de paja que venían en unos enormes camiones (actividad que amí me parecía interminable, pero al final se acababa, y nos comíamos unos huevos con chorizo con unas ganas... para desayunar)
Son recuerdos de una época, que a pesar de las dificultades, vivimos con plenitud y alegría. Nuestra ilusión era ver ese patio bien arreglado, cuanto más temprano mejor para poder sentarnos a disfrutar de él, ya fuera cosiendo, leyendo o comiendo todos juntos bajo esa gran sombra y junto a ese refrescante río que te alegraba la vista y el oído.
Recuerdos de un patio lleno de niños en el primer verano de estar estudiando. Y mira por dónde ahí estaba nuestra Inma, y yo sin recordarla allí entre todos. Sí recuerdo al marido de Yari, por ejemplo, entre otros. No sé si él se acordará. ¡Mira que tenía yo ganas de trabajar tan prontito!
En definitiva, ese patio con su río, ha marcado mi vida. En él me leí "El Quijote" en un verano, en él hacía láminas de dibujo, porque me gustaba trabajar allí entre sol y sombra, en él cosía mi madre y mi hermana y yo cuando podíamos, en él me terminé de estudiar las oposiciones, espabilándome con el agua que salpicaba para reponer fuerzas cuando me daba sueño, en él me esperaba mi novio cuando me casé con un cortejo grande de invitados, en él se fijó Michael Jacobs para recrear las vivencias sobre la matanza que describe en su libro,...
Y es que como dice la canción infantil popular:
"El patio de mi casa es particular"
y un huerto claro donde madura... el "granao y el nogal",
mi juventud..., varios años estudiando y bailando,
mi historia..., muchas alpacas que recordar no quiero".
Recuerdo el patio de mi casa, como mi hermana ha explicado, con hilo musical contínuo, agua cayendo a borbotones, que, en muchas ocasiones, no te permitía enterarte de lo que hablabas. Recuerdos de mi madre, apesar de los años que han pasado, lavando, cosiendo, o haciendo chorizo debajo de la higuera, o en el rulo, como nosotros llamábamos a esa zona. Reando cuerdos de dos crías, casi, fregando cántaras, barriendo un enorme patio todos los días después de pasar las vacas, y metiendo alpacas de paja que venían en unos enormes camiones (actividad que amí me parecía interminable, pero al final se acababa, y nos comíamos unos huevos con chorizo con unas ganas... para desayunar)
Son recuerdos de una época, que a pesar de las dificultades, vivimos con plenitud y alegría. Nuestra ilusión era ver ese patio bien arreglado, cuanto más temprano mejor para poder sentarnos a disfrutar de él, ya fuera cosiendo, leyendo o comiendo todos juntos bajo esa gran sombra y junto a ese refrescante río que te alegraba la vista y el oído.
Recuerdos de un patio lleno de niños en el primer verano de estar estudiando. Y mira por dónde ahí estaba nuestra Inma, y yo sin recordarla allí entre todos. Sí recuerdo al marido de Yari, por ejemplo, entre otros. No sé si él se acordará. ¡Mira que tenía yo ganas de trabajar tan prontito!
En definitiva, ese patio con su río, ha marcado mi vida. En él me leí "El Quijote" en un verano, en él hacía láminas de dibujo, porque me gustaba trabajar allí entre sol y sombra, en él cosía mi madre y mi hermana y yo cuando podíamos, en él me terminé de estudiar las oposiciones, espabilándome con el agua que salpicaba para reponer fuerzas cuando me daba sueño, en él me esperaba mi novio cuando me casé con un cortejo grande de invitados, en él se fijó Michael Jacobs para recrear las vivencias sobre la matanza que describe en su libro,...
Y es que como dice la canción infantil popular:
"El patio de mi casa es particular"
