Viendo que todos contais vuestras anecdotas de pesca, yo como "pescaora", os voy a acontar mi primer día de pesca:
Una tarde de verano, mi querido hermano me invito a ir a pescar al pantano de Colomera, todavia él no tenia novia y yo tampoco estaba con Chache, cogimos los dos hermanos los bartulos y a pescar, aquel año fue seco, el agua del pantano estaba llegando a la presa, nos metimos por un carril eterno hasta que llegamos a ella, él saco sus dos cañas y las montó, nos pusimos a pescar, pero alli no picaba ni un alma, de pronto, mi sedal empezo a tensarse y yo nerviosa perdida, empece a liar sin poder, mi hermano se acercó en mi ayuda, y como novatos que eramos, no teniamos casi preparativos, solto su caña en el suelo ya que no teniamos donde amarrarla, cogio la mia e intento desenrredarla ya que el pez fue mas listo que nosotros, de pronto escuchamos un ruido miramos a la otra caña, y vimos como ella solita ayudada por otro pez que habia mordido su anzuelo, corria hacia el pantano y se hundia, él ni corto ni perezoso se zampo en el agua para cogerla pero no hubo suerte, los dos nos miramos con cara de tontos, jajaja, y me dijo: " esto no se lo cuentes a nadie", jajaja. Al poco rato nos volvimos a casa, sin un solo pez, con una caña menos, él con los pies llenos de barro y agua, y yo con un mal sabor de boca de mi primer día de pesca, que no os podeis ni imaginar. Y si me viera ahora contandoos nuestro gran secreto, se estaria partiendo de la risa.
Va por ti Luis.
Una tarde de verano, mi querido hermano me invito a ir a pescar al pantano de Colomera, todavia él no tenia novia y yo tampoco estaba con Chache, cogimos los dos hermanos los bartulos y a pescar, aquel año fue seco, el agua del pantano estaba llegando a la presa, nos metimos por un carril eterno hasta que llegamos a ella, él saco sus dos cañas y las montó, nos pusimos a pescar, pero alli no picaba ni un alma, de pronto, mi sedal empezo a tensarse y yo nerviosa perdida, empece a liar sin poder, mi hermano se acercó en mi ayuda, y como novatos que eramos, no teniamos casi preparativos, solto su caña en el suelo ya que no teniamos donde amarrarla, cogio la mia e intento desenrredarla ya que el pez fue mas listo que nosotros, de pronto escuchamos un ruido miramos a la otra caña, y vimos como ella solita ayudada por otro pez que habia mordido su anzuelo, corria hacia el pantano y se hundia, él ni corto ni perezoso se zampo en el agua para cogerla pero no hubo suerte, los dos nos miramos con cara de tontos, jajaja, y me dijo: " esto no se lo cuentes a nadie", jajaja. Al poco rato nos volvimos a casa, sin un solo pez, con una caña menos, él con los pies llenos de barro y agua, y yo con un mal sabor de boca de mi primer día de pesca, que no os podeis ni imaginar. Y si me viera ahora contandoos nuestro gran secreto, se estaria partiendo de la risa.
Va por ti Luis.