A las buenas noches a todos. Como ya parece que ha pasado el aluvión de mensajes, voy a ver si escribo unas palabrejas, como no suelo hablar por los codos, aprovecho para hablar por las teclas.
Casi no sé como comenzar la crónica de éste magnifico fin de semana, y menos aún como continuar, ha sido todo un cúmulo de sensaciones y acontecimientos difícil de ordenar.
Para empezar, un denominador común, creo que la sorpresa por ambas partes en cuanto a la idea que particularmente cada uno teníamos formada del resto de protagonistas del foro y que no hemos tenido más remedio que remodelar, ¿verdad Antonio Romero? Al respecto, decir que se ha superado con creces la mejor de las previsiones y este encuentro ha servido sobre todo para enriquecer aún más la relación que por parte de todos estamos teniendo gracias a este foro.
En un primer momento, los nervios, la sorpresa, sobre todo la sorpresa, en éste caso doble, por un lado de cara a Paquillo con la servecilla que “este viernes no había”, y por otro de cara al resto de compañeros nuestros que ignoraban la asistencia de Antonio Fernandez Paez, (excelente persona, que también me ha impresionado y gustado el tenerle tan cerca) aunque algunos, estaban siempre “con la mosca en la oreja” ¿verdad José?. Esto era como el rascarse y el comer, todo es empezar, poco a poco, conforme iban pasando los minutos y las conversaciones me iba dando cuenta de que sería un fin de semana único. Y finalmente así fue y quedará enmarcado para siempre por todos y cada uno de nosotros, como especial.
La cervecilla y los manjares (hablando del viernes), en este día pasaron a segundo plano, a éstos los podíamos tener cualquier otro día, pero a los caballeros y damas que componían esa noche la larga mesa rectangular, todos sabíamos que tardaríamos tiempo en volverlos a ver juntos, aspecto este, que una vez terminado el fín de semana me hace pensar que yá falta menos para la próxima y posiblemente no sea una utopía el volverlo a realizar. Personalmente, esa noche me sirvió para quitarme un pequeño “complejo” que había adquirido últimamente. Fue en el momento en el que me dí cuenta que había más gente que también derramaba la cervecilla ó el vino por el mantel de la mesa, si es que ya se sabe, unos crian la fama……
Y así pasó el tiempo, por parte de todos intentando aprovechar al máximo el poco que teníamos para estar con nuestros amigos invitados, y como nota final, como no podía ser menos, por supuesto que sobresaliente para todos.
Paquillooo, cuentanos cuando lo pruebes que te parece el caldo del novel cosechero.
Mención también especial para la organización de los Pasos, con la bonita exposición que consiguieron montar, creo que el esfuerzo, como siempre en estos casos, ha valido la pena. Este año se van a volver a representar en su escenario habitual y espero vuelvan a tener buena acogida como en años anteriores, a pesar de que muchos piensen que es siempre lo mismo, pero ¿acaso la semana santa no es siempre lo mismo?
Casi no sé como comenzar la crónica de éste magnifico fin de semana, y menos aún como continuar, ha sido todo un cúmulo de sensaciones y acontecimientos difícil de ordenar.
Para empezar, un denominador común, creo que la sorpresa por ambas partes en cuanto a la idea que particularmente cada uno teníamos formada del resto de protagonistas del foro y que no hemos tenido más remedio que remodelar, ¿verdad Antonio Romero? Al respecto, decir que se ha superado con creces la mejor de las previsiones y este encuentro ha servido sobre todo para enriquecer aún más la relación que por parte de todos estamos teniendo gracias a este foro.
En un primer momento, los nervios, la sorpresa, sobre todo la sorpresa, en éste caso doble, por un lado de cara a Paquillo con la servecilla que “este viernes no había”, y por otro de cara al resto de compañeros nuestros que ignoraban la asistencia de Antonio Fernandez Paez, (excelente persona, que también me ha impresionado y gustado el tenerle tan cerca) aunque algunos, estaban siempre “con la mosca en la oreja” ¿verdad José?. Esto era como el rascarse y el comer, todo es empezar, poco a poco, conforme iban pasando los minutos y las conversaciones me iba dando cuenta de que sería un fin de semana único. Y finalmente así fue y quedará enmarcado para siempre por todos y cada uno de nosotros, como especial.
La cervecilla y los manjares (hablando del viernes), en este día pasaron a segundo plano, a éstos los podíamos tener cualquier otro día, pero a los caballeros y damas que componían esa noche la larga mesa rectangular, todos sabíamos que tardaríamos tiempo en volverlos a ver juntos, aspecto este, que una vez terminado el fín de semana me hace pensar que yá falta menos para la próxima y posiblemente no sea una utopía el volverlo a realizar. Personalmente, esa noche me sirvió para quitarme un pequeño “complejo” que había adquirido últimamente. Fue en el momento en el que me dí cuenta que había más gente que también derramaba la cervecilla ó el vino por el mantel de la mesa, si es que ya se sabe, unos crian la fama……
Y así pasó el tiempo, por parte de todos intentando aprovechar al máximo el poco que teníamos para estar con nuestros amigos invitados, y como nota final, como no podía ser menos, por supuesto que sobresaliente para todos.
Paquillooo, cuentanos cuando lo pruebes que te parece el caldo del novel cosechero.
Mención también especial para la organización de los Pasos, con la bonita exposición que consiguieron montar, creo que el esfuerzo, como siempre en estos casos, ha valido la pena. Este año se van a volver a representar en su escenario habitual y espero vuelvan a tener buena acogida como en años anteriores, a pesar de que muchos piensen que es siempre lo mismo, pero ¿acaso la semana santa no es siempre lo mismo?