FRAILES: Encarna, qué mala experiencia, pero que bien que hoy...

Encarna, qué mala experiencia, pero que bien que hoy nos lo estés contando sin quedar ninguna secuela, sólo lo positivo que sacaste. Todos tenemos momentos complicados, pero si se superan y se pueden contar, la cosa va bien.
Yo tengo dos cumpleaños, uno en noviembre y otro el 20 de mayo, porque ese día de 1996, estaba estudiando en Córdoba y aquel lunes no me despertó el timbre del despertador, me despertó una gran explosión. Al principio, después de quedarme sorda, pensé que una bombona de butano había explotado, pero al salir al pasillo y llegar hasta la terraza, vi que la cosa era algo más grande. La imagen me era familiar, pero la conocía a través de la tele: UN ATENTADO DE E. T. A.
Antes decía que ese día volví a nacer, porque el contenedor donde estaba la bomba estaba a 3 o 4 metros de donde yo dormía, casquillos de metralla, a solo una cuarta de mi cabeza, por suerte el despertador no había sonado todavía o mi tiempo aquí no había concluido todavía, o sólo quedaba un hueco en el cielo y el Sargento que apenas estaba a 2 metros del contenedor ocupó ese sitio. Solo sé que me dieron otra oportunidad y la estoy aprovechando lo mejor que sé hacerlo.