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FRAILES: Sr. Antonio, sigo opinando que la montaña es una maravilla...

Sr. Antonio, sigo opinando que la montaña es una maravilla (la naturaleza en general), pero yo soy un poco "cagueta", y sopeso mucho los riesgos, y valoro mucho la vida, y la tomo muy en serio. Yo pienso como tú, si se trata de los mios, en la medida de lo posible, no les permito correr riesgos. El problema es que como mis hijos ya son adultos, mi opinión para ciertas cosas, cuenta menos. Y con cuatro "zalamerias" intentan convencerme.

Mi hijo menor que por su calidad de estudiante aún vive con nosotros, el verano pasado durante un fin de semana, que como en muchas ocasiones estàbamos en la Bresse, él se quedó en Ginebra con su novia, pues tenian que dar un concierto en la Gruyère. Pero lo que no me dijo, es que aparte de pagarles por el concierto, les habian ofrecido tambien un salto en paracaidas a los miembros de su grupo de música (Fullblast), acompañados de un monitor.

Y al dia siguiente de haber saltado en paracaidas encima del pueblo y del lago de la Gruyére, me llamó para decirme que estaba bien. Yo le pregunté porqué me decia que estaba bien, y fué cuando me dijo que habia saltado en paracaidas. Casi me da un ataque, y cuando le pregunté porqué no me lo habia dicho, me contestó que para no asustarme, y porque sabia que haria todo lo posible para convencerle de no hacerlo!

Nos enseñó las fotos tan bonitas volando por encima del castillo de la Gruyère y del lago, y la verdad, aunque sentí una gràn envidia, en el fondo me decia, si le llega a ocurrir algo, es que estas imàgenes por muy bonitas que sean, vale la pena correr riesgos para sentir sensaciones y obtenerlas? A mi cuando tenia 16 años, fui con unos amigos en Granada, de excursión a los cajorros de Monachil. Y para llegar al sitio donde habian decidido que nos bañàramos, habia que atravesar por un puente de cuerdas colgante, y que se movia enormemente. Y debajo era un barranco. A la ida, todo fué bien, cruzamos el puente de uno en uno para que no se moviera mucho, pero al regreso en el momento en que empezamos a poner los piés en el puente, unos crios de unos 12 años, empezaron a lanzarnos piedras casi como melones, desde la montaña. Ni os cuento el pànico, empezamos a correr por el puente para evitar las piedras (nos podian haber matado), y ya no miràbamos que el puente se movia, no habia tiempo para reflexionar, solo correr ràpido para que no nos dieran las piedras, Y el puente dando bandazos, que todavia me pregunto cómo no se rompió.

Pasamos el susto de nuestra vida! Y os aseguro que desde entonces, adoro la montaña pero sin riesgos, hay cosas màs importantes.

Bueno ya os he contado mi "batallita" auténtica, creo que desde entonces estoy "traumatizada", y por eso intento prohibir a mis hijos que corran riesgos (pero no siempre lo consigo...)

Un abrazo a todos, las fotos son chulísimas y las flores Paeonia muy bonitas.

Trini