FRAILES: Yo no intervengo para defender al Paquillo, que el...

Lunes 16 de mayo, ocho treinta de la mañana. Este hombre que entra refunfuñando, en gañao por su enfermera particular (la socia), en ese centro medico, a esa consulta de la Dª Domenech, donde le han hecho esa encerrona ya evitada por él tantas veces con la excusa de no tener tiempo y alegando que lo haría cuando se jubilara. Esa doctora que dice.- Ya era hora de que se te vea el pelo y empieza con las pruebas.- Tensión a 21 y pico. Ya están las dos rajando, la doctora.- esto no puede ser.- a este hombre le ha podido dar algo.- la socia: Es que no puedo con el, hace lo que le da la gana, estoy harta de decirle que deje de fumar. Y yo que con lo allí oído, de ser verdad, debería de estar muerto ya, empiezo a sentirme mal, y cuantas mas cosas me prohibían, mas se aceleraba mi agonía y empecé a morir de verdad. Que no es excusa para mi silencio en este foro, que lo que tengo es un bajón de moral próximo a la depre, producido pienso yo, por la venganza de la nicotina a mi ¡basta ya! Obligado por prescripción medica. Y aquí estoy, queridos amigos, a los diez días de los hechos, todavía resistiendo los envites de la condenada nicotina cabreada cada día mas pero con la firme convicción de que le voy ha ganar.
Gracias a todos por vuestra preocupación y espero poder animaros pronto con alguna historia de vuestro agrado.

Paquillo, Paquillo, me alegro de verte de nuevo por aquí, no refunfuñes tanto, que si el objetivo es la salud, eso vale más que todo. Me alegra también que estés dejando de fumar, seguro que tu cuerpo lo agradece, ¡pero desde el primer día!, eso es así, cada día que vá pasando tus pulmones se van regenerando y si te vienes con nosotros de senderismo..... medicina santa. Ya solo falta matar al dichoso mono. ¡Animo!

Chache, ya noto mejoria hombre. Y eso que solo llevo doce dias, cuando me jubile, ya podreis ir alargando el kilometraje de las etapas si quereis tener alguna opcion contra mi. No olvidar que el paeron, desde esa zona de la foto de Franci a la cima, me la hacia en carrera, campo atraves y sin parar, que la carretera se hizo mucho despues... No hay viejo covarde, ¿verdad? Pero si, se me daba muy bien, pero eso, se me daba, aquí la exageracion esta en el tiempo del verbo, bueno del verbo y de lo que ha llovido desde la proeza que recuerdo, Tenia diez años habia dejado el ganado en la parte alta del paeron, con el encargo de que fueran buenos y se dedicaran a pastar en el lugar de costumbre, bien conoocido por ellos. Y me habia bajado al cortijo a comer por celebrar, ahora no recuerdo, que evento. Pero que antes de terminar, se oyen unas voces ¡que el ganado se esta comiendo el sembrado! Resulto que mi rebaño, se habia pasao por el forro, las instrucciones que yo le di y se estaba comiendo el trigo que el vecino tenia sembrado en el paeron (que por si alguien no lo sabe, era laborable hasta cerca de la cima) a la que llegue en, no se ahora en cuantos segundos, porque estaba nublado, que como es sabido esos dias no salia mi reloj. Por eso tambien me perdi salir en el guinnes, por eso y porque todavia no se habia inventado. Pero todos los cortijeros me hicieron sacar pecho, muchas veces, despues de aquello, cuando salia el tema, asegurando que lo hice a una velocidad nunca vista y otras exageraciones mas que a mi no se me ha olvidado recordar. Y por eso lo hago aquí, que no es por ir metiendoos presion, que tampoco me interesa que aumenteis vuestro entrenamiento por miedo a perder en nuestras futuras maratones.
Bueno, ahora sin pegotes, que paseis un buen finde

Jose y Chache, ya sabemos quien colocara la bandera en la cima de la peña el palo, este que le sobraba tiempo para subir el paeron, ya sabes Belmontes si abanderas la peña te apuntas el guinnes que en paeron no pudiste.

¿Qué pasa? Francis, noto un pequeño “rin tin tin” en tus aviso de mi peligrosidad a nuestros amigos chache y jose. ¿Me he pasado tal vez en el crono? ¿O es que tienes celos de mis dotes de montañero? Pues ándate con ojo, que a ti si que te reto y te dejo que elijas la montaña. ¡Habrá se visto! Desconfiar de esa manera de un amigo, dejar entre vez, que esta caucando y que es un cabezón. Pues me viene a colación, la puesta de una bandera más complicada que esa de vuestra famosa peña, que algún sitio para atacarla tendrá. Fue en el setenta y siete cuando cubrimos aguas con la primera torre, me toca colocar las banderas en las dos grúas más altas, una a 120 y la otra a 115 m. Y sacando pecho, como siempre, he de reconocerlo, me gusta, cojo el banderon de mi España y lo coloco en la más alta, para que mejor se viera. Y la otra, la iraní en la baja, de acompañante. No había llegado al suelo cuando tuve que batir mi propio record, conseguido en el paeron. Esta vez fue subiendo los 120 m en treinta segundo, y eso que no eran lisos. ¡Madre mía la que se armo en cinco minutos! La obra llena de coches oficiales, que si el embajador de España que si el ministro del interior Iraní, que como se había hecho aquella ofensa. Menos mal que bajando no batí ningún record. Cualquiera bajaba antes de los ánimos se calmaran, una hora larga me tiré en mi atalaya sin atreverme a bajar, y es que las bajadas, se me han dado siempre muy mal, sobretodo si son de pantalones. Así es que, vete entrenando si no quieres quedar mal parado.

¿Que pasa? Belmontes, aquí no hay "rin tintintintinti" solo decirles a mis colegas que tu tienes mucho cuento y sobre todo para c r o n o m e t r a r, ¿no te parece, Lewis? y como bien sabes la montaña esta elegida y el reto lo acepto, solo un pequeño favor dime si te he de esperar sentado "hombre no sea que me canse de esperar tu llegada".

Yo no intervengo para defender al Paquillo, que el señor Belmontes se defiende solo. Sino para compartir una experiencia que puede bajarle los humos al tío Francis.
Era a principios de la década de los 90, en que tuve la fortuna de trabajar para una agencia de viajes que organizaba tours por Marruecos y yo era el encargado de conducir el minibus en el que viajaba el grupo de turistas.
Una hermosa y cálida noche que habíamos llegado a la linde del desierto del Sahara a 150 Km. de Marrakech, el tuareg que nos servía de guía, nos retó a todos los presentes a una carrera por las arenas del desierto. Era evidente que iba a apabullar a cualquiera que aceptase el reto, no solo por su exuberante juventud, sino por su extraordinario conocimiento de un terreno tan particular.
Quizás por osadía, fuí el único que acepté el desafío, pero introduje una variante, le propuse que hiciéramos la competición corriendo de espaldas. Él lo aceptó sin analizar la diferencia, pues estaba convencido de que me ganaría aunque fuese corriendo a gatas. Tengo que admitir de que tuve la sensación de estar haciéndole la cama por jugar con ventaja, ya que gracias a mi experiencia futbolera, había desarrollado con creces esa condición indispensable en un futbolista que juega de defensa.
La salida la tomamos junto al cerco del grupo y marcamos la llegada en lo alto de una duna. Le gané por escasos 3 metros y aceptó con una sonrisa la derrota. Sin darme tiempo a recuperarme, me ofreció la posibilidad de la revancha, eso si, corriendo esta vez de cara. Cuando llegamos al grupo, podía haberme esperado sentado, porque de una distancia de 50 metros, casi me había sacado 25. Aprendí que era muy difícil correr sobre la arena.
O sea amigo Francis, que oído al parche, que podemos tener situaciones en las que pensamos que está todo a nuestro favor y después llevarnos un chasco aleccionador.
Un abrazo