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A las buenas noches a todos. Gracias de parte de toda la peña ésta que practicamos la telaraña por las palabras de aliento que siempre vienen bien. Gracias Encarna, porque una imagen vale más que mil palabras.
Bueno, pues el tema de la Pandera, este año se puede resumir como un día redondo, o casi, solo nos faltó a algunos las tan mencionadas cervecillas fresquitas allá en la cumbre, pero bueno, por algo se empieza, la idea está ahí y creo que traerá cola, bueno, yá está trayendo, por lo que seguramente la tendremos que llevar a cabo pero a nuestra manera que siempre nos dejará seguro un buen sabor de boca.
El día comenzó bien temprano, había que ir a Torredelcampo nada más. A las nueve estábamos rodando y el ambiente fresco nos acompañó buena parte de la mañana e hizo más llevadero el rodar. Saliendo ya de Los Villares y durante el ascenso, alguna caida sin importancia (ayyy los pedalillos) (ojo que no fuí yó), sorprendente el ritmo que llevaba un ciclista, tendría entre 70-80 años, todo un ejemplo para los que se dicen por ahí que son "mayores".
Llegamos a la puerta de la Pandera y cual fué mi sorpresa, que mi gregário no se encontraba allí entre los valientes compañeros (Carlos y Jose Luis) que subieron a dar ánimos a los ciclistas y avituallamiento, agua, etc, pues nada, resulta que se quedó en Valdepeñas allí paseandose por el pueblo, ya lo pillaré por banda. A ver cuando la gente se anima a subir y se dejan de tanto remilgo.
Pues nada a pesar de todo había que intentar subir, y así lo hice,
por cierto, que una vez en la cumbre las vistas eran impresionantes! ¿¡. Coincidí en la primera parte del ascenso con la única chica del pelotón, una malagueña que me sorprendía por su capacidad de sacrificio y fuerza cuando la carretera se ponía cuesta arriba, todo un ejemplo para el resto de las féminas. A pesar de todo en la primera rampa importante no tuvo más remedio que echar pié a tierra. Al pasar esta primera rampa me dí cuenta de que este año no me iba a costar tanto trabajo subir, no estaban todas conmigo el día de antes cuando despues de hacer veinte inútiles kilometros acabé machacao. El caso es que ese día de la Pandera amanecí con ganas de darle a los pedales y sin dolencias ninguna. Una vez arriba, bocata, bebida, foto y para abajo como una bala, la bajada es una pasada, salímos de la Pandera direccion a Fuensanta, Martos, Jamilena y Torredelcampo, donde finalizaba la ruta y nos esperaba la merecida comida en un restaurante.
Cambiando de tercio, los regalitos no se me dan muy bien, pero está todo controlado. Lo del tuareg ese que dice la capi, no me gusta como regalo para ella, todo ahí tan tapado y tan negro, solo se le vé los ojos y además no creo que le guste mucho ir a los sitios en camello, el desierto, la arena... jejejeje. Piensa en otra cosa Capiiii.
Saludilloooos.
Bueno, pues el tema de la Pandera, este año se puede resumir como un día redondo, o casi, solo nos faltó a algunos las tan mencionadas cervecillas fresquitas allá en la cumbre, pero bueno, por algo se empieza, la idea está ahí y creo que traerá cola, bueno, yá está trayendo, por lo que seguramente la tendremos que llevar a cabo pero a nuestra manera que siempre nos dejará seguro un buen sabor de boca.
El día comenzó bien temprano, había que ir a Torredelcampo nada más. A las nueve estábamos rodando y el ambiente fresco nos acompañó buena parte de la mañana e hizo más llevadero el rodar. Saliendo ya de Los Villares y durante el ascenso, alguna caida sin importancia (ayyy los pedalillos) (ojo que no fuí yó), sorprendente el ritmo que llevaba un ciclista, tendría entre 70-80 años, todo un ejemplo para los que se dicen por ahí que son "mayores".
Llegamos a la puerta de la Pandera y cual fué mi sorpresa, que mi gregário no se encontraba allí entre los valientes compañeros (Carlos y Jose Luis) que subieron a dar ánimos a los ciclistas y avituallamiento, agua, etc, pues nada, resulta que se quedó en Valdepeñas allí paseandose por el pueblo, ya lo pillaré por banda. A ver cuando la gente se anima a subir y se dejan de tanto remilgo.
Pues nada a pesar de todo había que intentar subir, y así lo hice,
por cierto, que una vez en la cumbre las vistas eran impresionantes! ¿¡. Coincidí en la primera parte del ascenso con la única chica del pelotón, una malagueña que me sorprendía por su capacidad de sacrificio y fuerza cuando la carretera se ponía cuesta arriba, todo un ejemplo para el resto de las féminas. A pesar de todo en la primera rampa importante no tuvo más remedio que echar pié a tierra. Al pasar esta primera rampa me dí cuenta de que este año no me iba a costar tanto trabajo subir, no estaban todas conmigo el día de antes cuando despues de hacer veinte inútiles kilometros acabé machacao. El caso es que ese día de la Pandera amanecí con ganas de darle a los pedales y sin dolencias ninguna. Una vez arriba, bocata, bebida, foto y para abajo como una bala, la bajada es una pasada, salímos de la Pandera direccion a Fuensanta, Martos, Jamilena y Torredelcampo, donde finalizaba la ruta y nos esperaba la merecida comida en un restaurante.
Cambiando de tercio, los regalitos no se me dan muy bien, pero está todo controlado. Lo del tuareg ese que dice la capi, no me gusta como regalo para ella, todo ahí tan tapado y tan negro, solo se le vé los ojos y además no creo que le guste mucho ir a los sitios en camello, el desierto, la arena... jejejeje. Piensa en otra cosa Capiiii.
Saludilloooos.
No se por que, me da ami que si le ragalases ese tuareg que tu dices le gustaba mas que el otro jejejejejeje............ ahora dira ella que no