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Y va el tercero. Por supuesto si ennumero los mensajes es para ahorrarle trabajo al Paquillo y de ninguna manera es por mi afán egoista de llevarme más dinero que nadie en el reparto del premio de la lotería. Solo es una inocente casualidad que quiera aprovechar este juego para comentaros mi vivencia en la fugaz visita de los Ángeles de Frailes.
Había tenido una nutritiva comida con mi familia (emocionalmente hablando) pues habíamos coincidido 18 de los 23 miembros directos de la familia (maridos y esposas incluid@s) en la casa de mis padres que tienen en la localidad de Villaviciosa de Odón. Eran apróximadamente las siete de la tarde y regresaba a Madrid circulando por por la M-40, que es el segundo cinturón que rodea la ciudad después de la M-30 y antes de la M-45 y por supuesto antes de la M-50 (ya he oído por ahí que pretenden construir la M-90 que es la que llegará a pasar por Ávila y Despeñaperros). Venía conduciendo de manera relajada, que ya os contará nuestra Capi que por estas circunvalaciones los madrileños conducimos sin estrés y rebosantes de cortesía (y una mierd....) cuando sonó mi telefono móvil, era el número del Paquillo pero con una voz que tardé en identificar era la del tío Francis anunciándome que estaba en Madrid junto a Inma, Chache juan y las dos criaturitas de ambos. Solo la alegría fué superior a mi sorpresa y junto a Francoise nos dirigimos al domicilio de los socios que tienen en Rivas, otro municipio envolvente de la ciudad.
Por poco llegamos antes que ellos que regresaban del Zoo y el poder darles un beso a todos fué la culminación de la maravillosa sorpresa. Alguien puede pensar que la visita de l@s Fraileros fué corta, pero más efímero fué nuestro encuentro y no por ello falto de intensidad.
Los colmillos se descuelgan de mis encías por la sana envidia que me provoca el Paquillo y la Socia al poder visitaros este finde, pero confío que no por aplazar un placer se pierde ese placer, y pronto pueda repetir la experiencia de daros un abrazo personalmente.
Hasta entonces recibirlo de manera virtual.
Había tenido una nutritiva comida con mi familia (emocionalmente hablando) pues habíamos coincidido 18 de los 23 miembros directos de la familia (maridos y esposas incluid@s) en la casa de mis padres que tienen en la localidad de Villaviciosa de Odón. Eran apróximadamente las siete de la tarde y regresaba a Madrid circulando por por la M-40, que es el segundo cinturón que rodea la ciudad después de la M-30 y antes de la M-45 y por supuesto antes de la M-50 (ya he oído por ahí que pretenden construir la M-90 que es la que llegará a pasar por Ávila y Despeñaperros). Venía conduciendo de manera relajada, que ya os contará nuestra Capi que por estas circunvalaciones los madrileños conducimos sin estrés y rebosantes de cortesía (y una mierd....) cuando sonó mi telefono móvil, era el número del Paquillo pero con una voz que tardé en identificar era la del tío Francis anunciándome que estaba en Madrid junto a Inma, Chache juan y las dos criaturitas de ambos. Solo la alegría fué superior a mi sorpresa y junto a Francoise nos dirigimos al domicilio de los socios que tienen en Rivas, otro municipio envolvente de la ciudad.
Por poco llegamos antes que ellos que regresaban del Zoo y el poder darles un beso a todos fué la culminación de la maravillosa sorpresa. Alguien puede pensar que la visita de l@s Fraileros fué corta, pero más efímero fué nuestro encuentro y no por ello falto de intensidad.
Los colmillos se descuelgan de mis encías por la sana envidia que me provoca el Paquillo y la Socia al poder visitaros este finde, pero confío que no por aplazar un placer se pierde ese placer, y pronto pueda repetir la experiencia de daros un abrazo personalmente.
Hasta entonces recibirlo de manera virtual.
