Gracias Jose por compartir una carta tan hermosa, me ha traido a la memoria un video que me llegó con un correo electrónico en el que se apreciaba a un joven leyendo un periódico, sentado en el banco de un jardín junto a su padre con claros síntomas de alzehimer. Al ver revolotear un gorrión por las ramas de un arbusto cercano el padre pregunta a su hijo " ¿qué es eso?" y el hijo le contesta sin dejar de leer el periódico "un pájaro", al volver a ver revolotear el gorrión el padre vuelve a preguntar " ¿qué es eso?" y el hijo le responde secamente "un pájaro", otro revuelo del gorrión provoca de nuevo la pregunta " ¿qué es eso?" y el hijo malhumorado cierra bruscamente el periódico y le grita a su padre "te he dicho que es un pájaro ¿cuantas veces he de repetírtelo?.
El padre se levanta y lentamente se aleja en dirección a su casa, de la que al poco tiempo regresa con un pequeño libro entre sus manos, se vuelve a sentar junto a su hijo, abre el libro y comienza a leer "hoy estaba en el parque con mi hijo de tres años y al ver revolotear un gorrión me preguntó ¿qué es eso? yo le respondí que era un pájaro y volvió a repetirme la misma pregunta en más de diez ocasiones, cada vez que volvía a repetirme la misma pregunta yo le estrechaba entre mis brazos y mientras besaba con dulzura sus mejillas le respondía que aquello era un pájaro".
No hay tiempo suficiente en la eternidad para llegar a devolver el cariño que le debemos a nuestros padres, pero por fortuna la vida siempre nos ofrece la oportunidad de alcanzar nuestros sueños y también poder recuperar aquello que perdimos por egoísmo.
Gracias de nuevo Jose por ofrecernos entre pitos y chirigotas la oportunidad de reflexionar en nuestro vínculo existencial.
El padre se levanta y lentamente se aleja en dirección a su casa, de la que al poco tiempo regresa con un pequeño libro entre sus manos, se vuelve a sentar junto a su hijo, abre el libro y comienza a leer "hoy estaba en el parque con mi hijo de tres años y al ver revolotear un gorrión me preguntó ¿qué es eso? yo le respondí que era un pájaro y volvió a repetirme la misma pregunta en más de diez ocasiones, cada vez que volvía a repetirme la misma pregunta yo le estrechaba entre mis brazos y mientras besaba con dulzura sus mejillas le respondía que aquello era un pájaro".
No hay tiempo suficiente en la eternidad para llegar a devolver el cariño que le debemos a nuestros padres, pero por fortuna la vida siempre nos ofrece la oportunidad de alcanzar nuestros sueños y también poder recuperar aquello que perdimos por egoísmo.
Gracias de nuevo Jose por ofrecernos entre pitos y chirigotas la oportunidad de reflexionar en nuestro vínculo existencial.